Los que no saben gobernar, prohíben

14/03/2011

diarioabierto.es.

“Es más fácil hacer leyes que gobernar”

Tolstoi

Acabáramos. En mi candidez, yo suponiendo que los martes en la guarida de los leones estos angelitos votan compulsivamente prohibiciones -casi de manera adictiva-  porque se esmeran en la búsqueda permanente de nuestro bienestar, y resulta que Tolstoi ya nos señaló hace la torta de años que resulta más sencillo legislar que gobernar. No es difícil alcanzar la deducción -para los españolitos que todavía dispongan de capacidad de discernir- que aún es más simple prohibir que legislar: porque con estos socialistas ya de gobernar ni hablamos

Cuando en la anterior legislatura Salgado se lió a tortas con las hamburguesas a la parrilla, pensé que quizá la ministra, tan menuda ella, enfundada en su talla 34, debía tener alguna fobia personal a los alimentos consistentes, o que su frágil anatomía digería mal las XXL y la disculpé. Posteriormente, cuando la tomó contra el tinto, el blanco y el rosado, lo achaqué a alguna mala experiencia con un vino peleón, que es bien sabido que las resacas de un pésimo caldo son peleonas y puñeteras. Pero no terminaba de entender el regustillo de poner en pie de guerra al sector vinícola español, patas arriba una tradición arraigada a la cultura patria, el maldecir una costumbre nacional o dañar un producto de la tierra que deleita a los paladares más exquisitos del planeta. Pensé “cosas de ministros, es que soy muy brutita y no alcanzo a comprender razonamientos tan sofisticadas”. Luego despotricó Trinidad sobre los bollos o las chuches -¿pero dónde se habrá visto a un niño disfrutando con una golosina? ¡Por Dios!- y también pequé de indulgente, pero justo por el motivo contrario: supuse que semejantes manjares debían jugarle alguna mala pasada a sus rotundas curvas femeninas y quería evitar previsible sufrimientos a las generaciones futuras en una sociedad que premia la delgadez. Cuando Sebastián en uno de sus brillantes arranques de indiscutible gurú mundial de la Energía, propuso la idea de dejar la corbata en casa me molesté un poco, porque a mí los maromos con buena planta me sugieren una corbata que desanudar. Aunque he de reconocer que le prejuzgo antes de analizar sus propuestas porque me desorienta: le advierto más cualidades como reportero de DEC o Sálvame que como miembro destacado del Gobierno de España. Lo de los chiringuitos ya me empezó a mosquear, pero claro, era justificable porque el olor que desprenden los espetos de sardinas no es cool ni chic e igual no encaja en una sociedad megaprogre y superguay. La obsesión de Pajín por un país sin humos -podía comenzar por bajarse los suyos propios- ha conseguido que el gremio hostelero en pleno, varios millones de españoles y yo misma que ni siquiera soy fumadora, estemos mentando a diario a su santa madre -la de los tejes y manejes de Benidorm- y que mi candor inicial haya evolucionado a mantener dudas razonables sobre si cargamos con un gobierno prohibicionista. La condena a las descargas de Sinde me abrió los ojos definitivamente: el socialismo de Zapatero confunde democracia con Estado autoritario.

Tras el nuevo veto, el de la velocidad, Rubalcaba y Sebastián, Sebastián y Rubalcaba -tanto monta, monta tanto-, han dinamitado mi paciencia. Censura, totalitarismo o tiranía están desterrados de mi intelecto. La esfera privada, el estilo de vida, la forma de pensar, la identidad propia y el modelo de actuación de cada individuo son sagrados.

¿Y éstos eran los que se autoproclamaban paladín de la tolerancia y las libertades? Pandilla de hipócritas.

Twitter: @CarmelaDf

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9 pensamientos en “Los que no saben gobernar, prohíben

  1. Muy buen articulo. Descubrí sus escritos por casualidad y ahora me tiene enganchado.El de Aguirre de la semana pasada también me encnató.

  2. Yo también mento a diario a la santa madre de la señorita Pajín. Leo triple ración de caneo a Sebastián jeje… Brillante columna Carmela.

  3. Cuantas verdades escribe usted, tenga cuidado que no está bien visto. Creo que fue en las elecciones del 77 cuando los que ahora se hartan de prohibir se llenaban la boca del famoso «prohibido prohibir». Pues eso, pandilla de hipocritas.

  4. Pedro tiene, especialmente, razón en su primer juicio.Pero yo creo que usted,como escribe, no tiene miedo de nada ya que le ampara el artículo 20 de nuestra Constitución. Siga así, necesitamos personas valientes como usted.

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