Las cajas deben buscar fusiones o alianzas para desarrollar su Obra Social

11/04/2015

Miguel Ángel Valero. Las entidades destinaron a estas actividades más de 675 millones de euros (647 millones en 2013), pero 500 millones proceden de una sola: ‘la Caixa’. // El nuevo mapa de las fundaciones: de cajas de ahorros a fundaciones. 

La Confederación Española de Cajas de Ahorros (Ceca) elabora el primer mapa de fundaciones tras la transformación del sector. Un mapa formado por dos cajas de ahorros ‘puras’ (Ontinyent y Pollensa), 13 bancos (que serán 12 cuando Catalunyabanc se integre definitivamente en el grupo BBVA), 13 fundaciones bancarias y 14 de carácter general.

El primer mensaje del informe “El nuevo mapa de las fundaciones: de cajas de ahorros a fundaciones” es que “se preserva la apuesta por la Obra Social”, dedicando en conjunto más de 675 millones en 2014, frente a los 647 millones en 2013. Pero obvia que la mayor parte, 500 millones, procede de una sola entidad: ‘la Caixa’.

La crisis, la reestructuración de las cajas y su bancarización han provocado que “la mayoría de las fundaciones focaliza sus acciones en una dimensión territorial concreta, de carácter autonómico o incluso provincial”. “Para hacer frente a los efectos de la crisis, las entidades han concentrado en los últimos años sus recursos en el ámbito de asistencia social y sanitaria, además de continuar fomentando otros ámbitos de actuación, como la cultura, el patrimonio y la educación financiera”, añade el informe. “Las cajas de ahorros, las fundaciones bancarias y el resto de fundaciones adheridas a Ceca tienen como misión y compromiso la gestión de la Obra Social. Todas las entidades aspiran a ser una palanca para el desarrollo económico, el progreso social, y la inclusión financiera de la sociedad española”, subraya el estudio.

El informe de la Ceca reconoce “la desconfianza que el regulador europeo y el Fondo Monetario Internacional tenían hacia el gobierno de las cajas de ahorros, no solo por su estructura, sino por los resultados de su comportamiento” en los últimos años. “La falta de propietarios identificables ha distorsionado el mantenimiento de un buen gobierno, y en ese sentido, el establecimiento de medidas correctoras era necesario”, admite.

“Sin embargo, ha habido algunas cajas de ahorros que gozaron de una gestión profesional con solvencia y liquidez acreditadas, por lo que el problema no puede adjudicarse únicamente al modelo sino a la dudosa gestión en casos concretos”, matiza el estudio.

El nuevo panorama financiero se encuentra actualmente constituido por grandes grupos bancarios en cuyo accionariado se encuentran integradas las fundaciones bancarias y algunas ordinarias, quienes asumirán a partir de su transformación, la realización de la Obra Social y Cultural de las antiguas cajas de ahorros, así como la gestión de su participación como accionistas en el respectivo banco. La mayor parte de la financiación con la que contarán a partir de ahora será la proveniente de los dividendos de esa participación en el banco.

Preocupante disminución de fondos

El estudio de la Ceca deja muy claro que “si la continuación de la Obra Social de las antiguas cajas de ahorros, ahora en manos de las fundaciones, pasa a depender únicamente del posible reparto de dividendos de los grupos bancarios de las que son accionistas, resulta previsible una preocupante disminución de los fondos para la financiación de los proyectos sociales”. Esa situación se agrava para las fundaciones ordinarias que se han quedado sin participación en el banco, o en caso de tenerla es poco relevante.

También hace hincapié en la búsqueda de recursos usando vías alternativas de ingresos a las ya conocidas, que les posibilite seguir atendiendo aquellas necesidades de la sociedad como se hacía antes. “La dependencia a una sola fuente de ingresos como puede ser el posible reparto de dividendos del grupo bancario podría poner en riesgo en algunos casos, su mantenimiento y mejora”, señalan los expertos de la Ceca.

La reforma impuesta a las cajas busca la reducción de la presencia y poder de las fundaciones bancarias en sus bancos, “quedando limitadas a la actividades de carácter social y cultural, a la vez que el banco se mantiene como entidad privada alejada de los fines fundacionales”.

Proceso de concentración

La Ceca sugiere que se va a producir por parte de aquellas fundaciones más pequeñas que se han quedado sin vías visibles de ingresos, un proceso de fusión con otras de mayor dimensión, con la finalidad de aumentar el impacto que puedan generar con su Obra Social y Cultural sobre el territorio en el que operan.

No sería acertado dar por finalizado el proceso de reestructuración. Estamos ahora, ante una nueva fase de ajustes en la cual las fundaciones tienen el deber de replantearse nuevas estrategias de acción y funcionamiento. El papel desempeñado como cajas, no es el mismo al que les corresponde realizar ahora, y su posicionamiento dentro de la sociedad deberá ser definido tomando en consideración aspectos relevantes como: sectores de actividad en los que puedan generar un valor añadido, posibles aliados institucionales y una clara identificación de las necesidades que pretenden atender”, señala el informe de la Ceca.

El estudio formula varias recomendaciones:

1.-para fundaciones que mantengan participación en el banco, “no continuar con el antiguo modelo de incentivos y retribuciones de los gestores, que contribuyó a la toma excesiva de riesgos y el endeudamiento”. En el caso de ponerse en marcha un sistema de retribución variable, debería estar limitada por un porcentaje determinado, y su programación abarcar un horizonte temporal más amplio, no solo el de un año. Adicionalmente, su estructura y funcionamiento debería evitar o por lo menos no propiciar que se diesen conflictos de interés entre gestores, accionistas y clientes, y en caso de haberlos, disponer de un protocolo de resolución para esta clase de conflictos.

2.-hacer públicas las políticas retributivas y resultados individualizados de los órganos directivos y de gestión

3.-profundizar los mecanismos de control sobre el régimen de incompatibilidades entre la banca y los gobiernos, así como medir su cumplimiento. “Los que hayan sido reguladores y supervisores, ministros y directivos de la banca central no deberían pasar a prestar servicios en las entidades de crédito hasta pasados varios años”, señala.

4.-esforzarse por incluir en la política crediticia de los bancos participados lo que fue el espíritu de las cajas de ahorros, “que resultó ser un buen negocio en un período dilatado de tiempo”. “La política de ofrecer una banca personalizada, tal como lo hicieron muchas de ellas, puede resultar atractiva para captar pequeñas empresas y emprendedores que hoy se inician en muchos sectores. Este perfil suele optar por una banca cercana y personalizada, que le proporcione condiciones asequibles para sus préstamos iniciales”, argumenta el estudio.

y 5.- resulta fundamental la búsqueda y establecimiento de alianzas colaborativas entre las fundaciones y otros actores dentro del ámbito social y cultural, sin perjuicio de las colaboraciones con la Administración Pública o con el tejido empresarial. “La construcción de un mapa colaborativo entre estas entidades podría ser una herramienta sumamente útil que plasme la existencia de objetivos comunes, recursos disponibles y del conocimiento que se tenga del territorio donde actúen. Para ello, haría falta pasar de un modelo tradicional de corte competitivo, a otro basado en relaciones cooperativas y de colaboración mutua, modelo que no tiene que ser excluyente con la búsqueda de beneficios”, señala el informe de la Ceca.

 

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