La oportunísima jornada de ICEA sobre el nuevo Baremo de Accidentes de tráfico (¡lástima que haya coincidido con el no menos interesante Encuentro del Sector Seguros del IESE!) ha encendido las alarmas en el seguro de Autos. Según las estimaciones del Consorcio de Compensación de Seguros expuestas en esa jornada, el nuevo Baremo aumentará las indemnizaciones por daños corporales un 16% (aumento del 50% de los pagos por fallecimiento, 35% en lesiones con secuelas, y reducción del 2% en lesiones temporales).

Como daños corporales supone el 60% de la siniestralidad total en Autos, la conclusión parece sencilla: el impacto será de 6 puntos. Si en 2014 fue del 77,08%, la siniestralidad se dispara por encima del 83%. Este cálculo solamente tiene en cuenta el Baremo, no el mayor uso del vehículo por la mejora de la situación económica y por el abaratamiento de la gasolina. Y una utilización más frecuente del coche es la antesala de una aceleración de la siniestralidad.

Si ya antes del nuevo Baremo ya se habían lanzado advertencias sobre el impacto de la ‘guerra’ de precios en la viabilidad del seguro de Autos, ahora éstas cobran más relevancia. Porque 6 puntos más de siniestralidad que aporta el nuevo Baremo prácticamente asfixia la cuenta técnica del ramo, 7,65% en 2014. Y pone al seguro de Autos al borde de la pérdida técnica, con el agravante de que los ingresos financieros, que tradicionalmente salvan los números del ramo en los años malos, se desplomarán con los tipos de interés en mínimos históricos.

El Consorcio de Compensación de Seguros, con la ayuda de Tirea, ha elaborado una proyección del nuevo Baremo, a partir de datos de siniestralidad entre 2005 y 2011 aportados por el 62% del sector.

Revisión ligada a las pensiones públicas

En la jornada de ICEA, el aspecto más criticado ha sido la decisión del Gobierno de ligar la revisión anual de las indemnizaciones del Baremo a la revalorización de las pensiones públicas, porque introduce un factor de incertidumbre.

Manuel Mascarade, director del Área de Seguros Generales de Unespa, destaca la excepción para casos de perjuicios extraordinarios, en los que se abre la posibilidad de incrementar las indemnizaciones hasta en un 25%.

El incremento de los controles médicos ayudará a reducir el fraude en el latigazo cervical, uno de los asuntos que más preocupa a las aseguradoras.

También se aplaude que las indemnizaciones que se cobren en forma de renta se equiparen a las que se abonan como capital, porque así hay una mayor certeza sobre el coste final del siniestro. Y que se haya mejorado notablemente el asunto de las indemnizaciones por lucro cesante, con modelos actuariales, tablas de coeficientes, inclusión de las amas de casa, tanto a tiempo parcial como total, y de los parados.

Luis Bermúdez, director del Asesoría Jurídica de Mutua Madrileña y miembro de la Comisión de Expertos del Baremo, explica que la reforma era necesaria “porque las costuras del actual Baremo estaban ya en el límite, tras continuas sentencias del Tribunal Supremo y las Audiencias Provinciales que lo enmendaban con diversos argumentos”. Y subraya que “la oferta motivada de la aseguradora carecerá de validez si no incluye el informe médico definitivo”. Hasta ahora era obligatorio tener ese informe, pero no entregarlo a la víctima del accidente de tráfico.