El Encuentro del Sector Seguros organizado por IESE, Center for International Finance (CIF) y EY se ha consolidado, tras 5 ediciones, como la gran cita de este negocio. Además, la entrada en vigor de Solvencia II, que ha comenzado en abril hasta su implantación definitiva en enero de 2016, incrementa la oportunidad de este encuentro, al que han asistido los principales ejecutivos de Caser, MetLife, Mutua Madrileña, SegurCaixa Adeslas, AXA Assistance, Europ Assistance, Mapfre Asistencia, Asisa, Grupo Bupa/Sanitas, Generali y Aviva, además de la directora general de Seguros y Fondos de Pensiones, Flavia Rodríguez-Ponga, y la presidenta de la asociación empresarial del seguro Unespa, Pilar González de Frutos.

Se han puesto sobre la mesa cuestiones como la evolución demográfica y el envejecimiento, que exigen un marco estratégico de colaboración público-privado que permita realizar reformas en las pensiones, en la cobertura sanitaria y en la de dependencia.

También, la creciente exigencia por parte del cliente de una personalización de sus seguros. Los clientes ya no parecen estar dispuestos a adherirse a condiciones preestablecidas a la hora de contratar un seguro, sino que quieren ser atendidos de forma personalizada, pero ¿está el sector preparado para este cambio?, se han interrogado en el Encuentro del IESE.

Todo ello en un mundo dominado cada vez más por la digitalización y la omnicanalidad en la distribución del seguro, que exige productos más comprensibles para el usuario. La conclusión es que las compañías aseguradoras deben afinar su gestión para afrontar las exigencias de Solvencia II, y tienen que mejorar notablemente en la calidad del servicio.

El seguro es un sector que ha salido reforzado de la crisis, que ha aumentado un 18% sus márgenes de solvencia, pero que tiene que afrontar retos como Solvencia II, la digitalización, la internacionalización, la relación con el cliente y el crecimiento de productos vinculados a la salud y a la asistencia.

La crisis obligó a muchas compañías, incluidas las españolas, a expandirse por otros mercados en busca de nuevos ingresos. La tecnología ha facilitado estos procesos de internacionalización. Además, la diversificación estratégica ha ayudado a las aseguradoras a minimizar riesgos y a aprovechar las oportunidades de negocio en otras zonas geográficas.

La clave está en adaptar el modelo de negocio a las especificidades locales sin olvidar la visión global, lo que implica actuar con una gran flexibilidad. Las aseguradoras deben ser muy selectivas y competir solo en aquellos mercados en los que pueden dar valor a sus accionistas.

La adaptación del seguro a las nuevas tecnologías es vital para garantizar su futuro. Es urgente afrontar la digitalización, que afectará a la cultura empresarial y al modelo de comercialización de cada compañía. El negocio de los seguros avanza de manera imparable a una era totalmente digital, que va a obligar al sector a replantearse todos sus procedimientos y a adaptarse a este nuevo escenario. Solo las aseguradoras que innoven y se arriesguen, crecerán. Aquellas que no lo consigan pueden incluso desaparecer.

“La capacidad de adaptación a los cambios es vital para las empresas”, recordó el CEO de Aegon España, Jaime Kirkpatrick. Para Juan Hormaechea, director general de Negocio de Mutua Madrileña, la digitalización abre a las compañías de seguros “un mundo totalmente desconocido”, que facilitará la personalización de los productos y permitirá llegar con más simplicidad al cliente ideal.

Porque cambiará de forma radical la relación con el cliente. “Los clientes deben ocupar el centro de este proceso tecnológico, que nos va a permitir segmentar muy bien los productos”, expuso Óscar Herencia, director general de MetLife Iberia.

El envejecimiento de la población supone que cada vez más personas contraten seguros de asistencia sanitaria y, en menor medida, de reembolso de gastos. Los principales directivos de tres grandes aseguradoras especializadas en salud (Asisa, Sanitas y SegurCaixa Adeslas) reclamaron mayor colaboración entre el sector privado y público para la gestión de la sanidad, lo que “permitiría desmasificar los hospitales públicos”.

“Se podrían desarrollar unas reglas de juego que facilitaran a las personas desmasificar la sanidad pública a través de las aseguradoras, como ya sucede en otros países”, reflexionó Enrique de Porres, CEO de Asisa. Es un serio problema de sostenibilidad, ya que el coste del sistema público de salud aumenta por encima del crecimiento económico.

Sin la colaboración público-privada, es imposible poner en marcha un buen sistema de atención a personas dependientes.

Cambios normativos sin utilidad

Como suele ser habitual en estos foros aseguradoras, la persona que más claro ha hablado es la presidenta de Unespa. Pilar González de Frutos reclama a los supervisores europeos que sean “capaces y ágiles a la hora de poder facilitar información homogénea y en plazo”. Su argumento es aplastante: “si las aseguradoras están trabajando muy duro para cumplir con los requisitos de información impuestos, los supervisores bien podría retribuir dicho esfuerzo con una información más ágil, más rápida y más completa”. Se refiere a que Eiopa aporta estadísticas de 2012, lo que contrasta con la actualización permanente de la Dirección General de Seguros en España.

Critica también los grandes esfuerzos normativos de los supervisores cuya “utilidad real es limitada”, citando expresamente la Directiva de los Fondos de Pensiones de Empleo, que pretende retirar los obstáculos que impidan una operativa trasnacional de éstos, cuando el problema es el déficit estructural en ahorro previsión que sufren algunos países (entre ellos, España).

El seguro en Europa es un mercado abierto, aunque existan barreras fiscales, laborales, y mercantiles. Y advierte: “no hay que caer en el error de confundir homogeneizar con armonizar”. “El primer paso es fomentar la actividad, y solo después llega la armonización de condiciones”, insiste.

La presidenta de Unespa pone un ejemplo: en España el seguro de Vida se ha centrado en las garantías a largo plazo, lo que le ha llevado a la renta fija, mientras en el mundo anglosajón el cliente asume el riesgo de la inversión, optando más por la Bolsa.

Sobre el mercado español, Pilar González de Frutos lo define como “equilibrado y de crecimiento solvente”, poniendo en duda la necesidad de un proceso de concentración. La mayor parte de las fusiones entre aseguradoras se han debido al proceso de reestructuración de la banca.