Que se unan un artesano del vino, Carlos Moro (Grupo Matarromera), y un chef, Mario Sandoval, no es noticia. Sí lo es que la unión entre Moro y Sandoval ha dado como fruto, tras cuatro años de investigación y una inversión cercana a los 10 millones de euros, Vinesenti, un ingrediente que refuerza el color, el sabor, el aroma y la textura de los alimentos. Es una gama de productos de origen natural, con alto poder oxidante, elevado contenido de fibra y bajo en sodio, que sustituye perfectamente a la sal, lo que es beneficioso para la tensión.

Carlos Moro confiesa que “estoy entusiasmado” con su nuevo ‘invento’, que incrementa la diversificación de un grupo que empezó con el vino y ya está consolidado en el enoturismo, la cosmética y la farmacia (basada también en los polifenoles de la uva) o el aceite de oliva, entre otras actividades.

Vinesenti, cuyo lema es “Enriquece tus recetas, enriquece tu salud es fruto de la investigación, una de las características del Grupo Matarromera. “No hay en el mundo una compañía que esté investigando tanto sobre el vino como nosotros”, señala Moro, que anuncia una versión para uso farmacéutico de este producto.

El producto ya está funcionando en la exportación, con ventas a Europa, Estados Unidos y México, hasta ahora en el segmento profesional (cocineros) y tiendas especializadas para gourmet, utilizando canales de distribución distintos a los utilizados por Matarromera para el vino.

Está en marcha un formato más reducido, para consumo doméstico. Vinesenti se encuentra en tres modalidades. Dos de una tinta de Tempranillo de Ribera del Duero: Vinius (soluble), para caldos de carne; y Vinaterra, para repostería y panadería, y Vinubo, de una blanca de Verdejo de Rueda, para caldos de pescado.

Vinesenti surge de un sistema de extracción único en el mundo, patentado por Matarromera y desarrollado por AbroBiotec, filial del grupo, en la planta de polifenoles de Valbuena del Duero (Valladolid).

Sus principales virtudes son que potencia el sabor, facilita la fusión de ingredientes, aporta brillo y aromas y consigue texturas esponjosas. Además, preserva la oxidación de los alimentos, prolongando su vida útil.

La bodega más inversora

Matarromera invierte cada año más de 4 millones en investigación. Es la bodega del mundo que más porcentaje de sus ventas dedicada a ésta. Laura López, de AbroBiotec, resalta que el grupo cuenta con 9 patentes internacionales, 11 proyectos en marcha, y ha participado en más de 60 proyectos de investigación.

Los frutos de esa investigación son la cosmética, el aceite de oliva, la farmacia, el vino sin alcohol, el vino de 5 grados, el Melior 3, el vino blanco de 5 años, la tarta de queso al verdejo “La Quesera de Rueda”, y Vinesenti, entre otros. El vino 5.0, en sus variantes blanco y rosado, “está dirigido a los que no consumen vino”, como los jóvenes, y como alternativa al Lambrusco. La propuesta de 5 años, Emina Selección Personal Carlos Moro (la única de toda la gama de productos del Grupo Matarromera que lleva el nombre del empresario), está “entre los cinco mejores vinos blanco del mundo”. Y Melior 3 es una mezcla de tempranillos de Ribera del Duero, Toro y Cigales que se elabora en la planta de deconstrucción molecular de Matarromera.

La bodega en Rioja, lista en un año

Mientras lanza Vinesenti de la mano de Mario Sandoval y de AbroBiotec, Carlos Moro sigue con su gran sueño: entrar en La Rioja, la Meca del vino, por la puerta grande. El Grupo Matarromera tiene un equipo de 10 personas trabajando «mucho» en el proyecto. «Hacer las cosas bien, sobre todo si se tiene previsión de rentabilidad, lleva tiempo», explica Moro, que se queja de la burocracia: «es terrible».