Caja Madrid, ahora integrada en Bankia, vendió participaciones preferentes como “renta fija europea a largo plazo”, según una sentencia del juzgado número 3 de Sabadell (Barcelona). La jueza afea a la entidad y al comercial que vendió esas preferentes a unos clientes “falta de diligencia” a la hora de explicar el producto a éstos.

El propio comercial de la entidad ahora nacionalizada reconoció en el juicio que las preferentes se comercializaron como “renta fija sin vencimiento prefijado pero con opción de amortización anticipada a partir del 5 año”, siguiendo la “propuesta de inversión” que en su día realizó Caja Madrid. La jueza censura que no se informara a los clientes de la posibilidad de perder el 100% del capital aportado ni de los riesgos inherentes a la operación.

Ni hubo información del riesgo ni valoración de la conveniencia del producto para unos clientes minoristas, concluye el fallo. “Las preferentes son un producto de alto riesgo, inadecuado para clientes minoristas, más acostumbrados a acciones u obligaciones”, subraya la sentencia.

“Las entidades están obligadas a valorar la conveniencia de los productos que comercializan para sus clientes; les obligaba la Ley de Mercado de Valores y ahora la directiva MiFID; pero sobre todo la profesionalidad y la lealtad con sus clientes”, señala Juan Ignacio navas, socio-director de Navas & Cusí, bufete que ha llevado ese caso. “Desgraciadamente esa fue la pauta: la ausencia de información de los riesgos, el mismo patrón que vemos en las hipotecas multidivisas y otros productos”, insiste.

La sentencia condena a Caja Madrid a devolver al matrimonio de Sabadell los 27.000 euros invertidos más el interés legal del dinero. “La justicia es lenta, pero siempre inexorable; y termina poniendo a cada uno en su sitio”, concluye Navas.