En no pocas ocasiones he arremetido contra el pesimismo visceral del jefe de la Fed, Ben Bernanke, y contra su especial sentido de la oportunidad. Son más las veces que Bernanke ha hundido los mercados que los que les ha ayudado. Supongo que va en el sueldo y en el cargo alertar de los excesos del mercado y por eso me sorprende que la Fed haya hecho hoy un discurso optimista en el que habla de una recuperación de la economía americana que va cogiendo velocidad de crucero y de los primeros síntomas de que el desempleo puede haber tocado fondo.

Curiosamente, es algo que los analistas llevan un mes diciendo pero que la Fed se ha guardado hasta hoy. Y no podía haber elegido momento más oportuno. En el día del aquelarre bajista japonés y en el día en el que los mercados europeos perdieron por completo el rumbo, Bernanke ha dado una brújula al mercado americano, muy necesitado de algún estímulo para luchar contra las abruptas caídas.

En alguna ocasión les he comentado que estos yankees de cuando en cuando van a lo suyo y se olvidan del mundo y, afortunadamente, hoy ha sido uno de esos días. La apertura fue de proporciones apocalípticas en su caída, pero enseguido el mercado se frenó y comenzó la recuperación. Poco a poco pero con paso firme fue retomando niveles hasta concederse un respiro a la espera de Bernanke.

El comunicado de la Fed insufló nuevos ánimos a los que aún creen que es posible salir de este atolladero justo en el mismo momento en el que las noticias procedentes de Japón volvían a ponernos los pelos de punta y advertían que en la central nuclear dañada no va a quedar en pie ni uno solo de los reactores. Ya han estallado tres y el cuarto tiene todas las papeletas de seguir el mismo camino ya que la situación está totalmente fuera de control.

En buena lógica (europea) esta noticia debería haber llevado de nuevo los índices a mínimos, pero en el caso americano todos prefirieron seguir la brújula de Bernanke y los mercado reactivaron las subidas. Sólo al final de la sesión pareció que los inversores volvían a mirar hacia Japón y a propiciar un mínima corrección.

Aún así, la sesión no puede calificarse, ni mucho menos de buena atendiendo a sus resultados globlaes. El Dow bajó un 1,15%%, el S&P 500 un 1,12% y el Nasdaq un 1,25%. Eso sí, muy alejados todos de los mínimos del día, marcados en los minutos inmediatamente posteriores a la apertura. Ahora solo resta ver si las palabras de Bernanke se recuerdan mañana o se impone la apocalíptica realidad japonesa.