Mimar a sus cerca de 14.000 empleados es una de sus máximas. Juntos forman una gran familia. Tal vez porque es una empresa familiar desde 1926, cuando fue fundada por Andreas Stihl, considerado el padre de la motosierra. Ahora está dirigida por la tercera generación de la familia, con Nikolas Stihl como máximo responsable del grupo, quien considera socios a sus trabajadores, según explicó a un grupo de periodistas españoles y portugueses, durante una visita a la fábrica de Stuttgart. Un encuentro en el que dejó claro que esta multinacional con presencia en 162 países continuará en manos de la familia (y no valen hijos políticos) en el futuro.

El ADN STIHL permanecerá en esta empresa, que ha sabido sortear la crisis. En 2013, facturó 2.814,4 millones de euros, un 90 % fuera de Alemania. Es más, en Grecia, por ejemplo, precisamente ha sido la crisis la que ha impulsado las ventas, por una mayor utilización de leña para calentar las casas. Una de las claves de su éxito: no dejar nada en manos de terceros, no subcontratar, es decir, que ellos mismos diseñan y fabrican todos los componentes y accesorios de sus máquinas (cuentan con 500 ingenieros y más de 2.000 patentes activas) en sus 9 plantas de producción (en Alemania, Estados Unidos, China, Suiza, Brasil y Austria). En motosierras es la marca más vendida en el mundo desde 1971. Para evitar imitaciones en su producto estrella graban el número de identificación en un lugar estratégico que nadie puede copiar, porque de hacerlo la máquina quedaría inservible. Cada una de sus máquinas, ya sean motosierras, tronzadoras, desbrozadoras, cortasetos…, se prueba 250 horas antes de llegar a las tiendas. La compañía invirtió 203 millones de euros en sus plantas y tecnologías de producción en 2014. También pertenece al grupo STIHL la marca VIKING, especializada en maquinaria para jardinería.

En España, donde está presente desde hace 30 años, es líder en 13 gamas de producto desde el año 2000. Su máximo responsable en nuestro país, Bernhard Iber, nació en el norte de Alemania, y lleva aquí viviendo tanto tiempo como en su tierra. Su mujer y sus tres hijos son españoles y él ya ha interiorizado las costumbres de aquí. Cercano y afable, su próximo gran proyecto en España acaba de comenzar: un nuevo centro de formación dual para empleados, distribuidores y usuarios, que se construirá en Torres de la Alameda (donde está ubicada su sede en Madrid) en 2.000 metros cuadrados. En marzo se puso la primera piedra del centro, en el cual va a invertir 3,5 millones de euros, que será inaugurado en 2016. Acogerá a 4.000 alumnos cada año. Allí aprenderán la parte técnica, comercial, empresarial, forestal y jardinería. Bernhard Iber cuenta la claves de la enseñanza dual y de este proyecto:

-STIHL es una de las 80 empresas con sede en España que lleva a cabo la formación dual alemana, ¿en qué consiste esta iniciativa?

-La formación DUAL alemana se realiza en España a través de FEDA (Formación Empresarial Dual Alemana) que fue fundada en 1983 en Madrid y Barcelona. Es un sistema formativo en el que los aprendices cursan un 60% de su formación integrados en las empresas, bajo la dirección de un tutor que elabora un plan adaptado a cada alumno. El plan consiste en una rotación por los diferentes departamentos de la empresa con la intención de que reciba formación práctica adecuada a su carga lectiva teórica.

Este sistema formativo se imparte en dos niveles, profesional y universitario. En el primero, los aprendices cursan dos años en los que alternan ciclos de teoría y práctica, y en los que pasan por los diferentes departamentos de las empresas. En el segundo caso, la formación universitaria, comprende tres años, con la misma alternancia y completando el plan de estudios en una universidad dual en Alemania.

-¿Qué ventajas ofrece?

-Las ventajas son mutuas, tanto para las empresas como para los aprendices. Los jóvenes reciben formación práctica en coordinación con las clases teóricas del Centro de formación FEDA, conocen la vida laboral y el funcionamiento de las distintas áreas de las empresas. Además adquieren cultura empresarial. Y para las empresas es una oportunidad de formar desde el inicio a sus futuros colaboradores y empleados, de inculcarles su filosofía corporativa y de darles una formación adecuada a sus propias necesidades.

Una ventaja para ambos es el alto nivel de inserción laboral. El 90% de los alumnos que salen de la formación profesional dual en España a día de hoy, lo hacen con un puesto de trabajo, la mayoría en las empresas en las que cursaron la formación.

-¿Por qué es un modelo de éxito en Alemania?

-Por dos razones principalmente. Primero por el compromiso empresarial. Las empresas tienen el convencimiento de que formar a sus empleados es la clave del éxito, una inversión de futuro. En España esta mentalidad está poco desarrollada, tanto en la empresa como en los sindicatos, que en Alemania vigilan que las empresas inviertan lo suficiente en este tipo de formación.

Y en segundo lugar, por el reconocimiento social de la formación dual profesional como una alternativa válida a los estudios universitarios tradicionales. En Alemania ninguna familia duda del valor de esta formación, en España sin embargo, está aún poco valorada.

Hay todavía muchos prejuicios. Los propios empresarios consideran una inversión perdida la formación de futuros colaboradores, porque si finalmente no se quedan en la empresa, su inversión en tiempo y recursos no revierte en la propia empresa, no hay payback. Y los sindicatos ven la figura del aprendiz, como mano de obra barata. Nada más lejos de la realidad. Con el tiempo, todo esto irá cambiando, porque el sistema es tan bueno, que terminará convenciendo por sí sólo.

-¿Por qué Stihl ha decidido aplicarlo en su filial española?

-Porque nos interesa mucho poder acompañar a nuestros posibles futuros empleados desde el inicio, durante su formación. Sentimos también esa responsabilidad social, la de aportar a la formación de los jóvenes, si no un puesto de trabajo, formación y un título que les valga para su futuro en el mercado laboral.

El grupo STIHL ve la formación como una inversión. En Alemania el sistema dual está más que implementado y ahora también, además de España, nuestras filiales de China, Brasil y Estados Unidos están formando jóvenes que en el futuro aportarán mucho a nuestra marca.

En Stihl España nos interesan personas que deseen formarse en la práctica, incorporándose al mercado laboral y, por qué no, después pasar a formar parte de nuestra empresa. De hecho, nosotros ya tenemos algunos ejemplos de lo bien que funciona este sistema formativo. Dos de nuestros antiguos aprendices, ahora ocupan cargos de responsabilidad en nuestras sedes de Brasil y Alemania.