Paradojas de la vida, hoy hemos vivido un «deja vú». Nada más y nada menos que la sesión que el mercado nos tenía preparada para ayer, nos la han servido hoy, con 24 horas de retraso y con las cotizaciones mucho más abajo.

El comienzo fue exacto al de ayer. Los índices europeos avanzando con fuerza encabezados por el Dax, por fin, y el FTSE, mientras que el Ibex aún quedaba un poco a remolque. Le pesan mucho las dudas sobre la situación económica portuguesa. En teoría, el español es el sector financiero más expuesto a Portugal y si los bancos no empujan en el Ibex el selectivo las pasa canutas.

Más de uno y más de dos, entre los que me incluyo, han estado toda la mañana esperando a los innombrables con algún «rating» revisado. O a algún bocazas de cualquier lugar del mundo lanzando teorías apocalípticas sobre la central nucelar japonesa. Nunca dicen nada que no se sepa, pero alarma crean un rato y, sobre todo, no contribuyen ni lo más mínimo a ayudar a los técnicos japoneses a tratar de controlar la hecatombe.

En definitiva, estuvimos con la mosca detrás de la oreja toda la sesión a la espera de que algo viniera arruinarn el intento del mercado por «normalizarse» y abstraerse de un entorno más que complicado. Pero no, Por una vez, no pasó y hasta Wall Street abrió al alza decididamente.

Lástima que todo esto ocurra muchos puntos por debajo de donde hubiera sido muy interesante una sesión de este tipo, porque ahora parece un intento desesperado de remar contra corriente y poco más. O pudiera ser que no, que ya se sabe que los grandes prefieren que no les molesten y, desde luego, en estos niveles solo quedan dentro quienes no les van a molestar porque son más impasibles que ellos o quienes ni se han enterado de cómo ha caído esto, que aunque ustedes no lo crean, son muchísimos.

Lo importante es que al menos el mercado ha demostrado capacidad de reacción. Ya veremos si lleva a alguna parte, pero lo ha intentado. De momento,ha llevado al Dax a sunir un 2,20%, al CAC otro 2,43%, al FTSE un 1,75% y al Ibex, que logró finalmente desembarazarse del lastre bancario, un 2,31%.