Del maximalismo al aviso para navegantes

18/03/2011

Maite Vázquez del Río.

Este sábado, 19 de marzo, se cumple el plazo para que empresarios y sindicatos alcancen un acuerdo con el que reformar la actual estructura de la negociación colectiva. Pero tal y como han sucedido las cosas, no habrá acuerdo y, a día de hoy, es imposible ante todas las piedras que se han ido recogiendo por el camino.

Al Gobierno le corre prisa tener ese acuerdo. Hasta Valeriano Gómez, que desde que llegó al departamento ha arrancado un gran pacto social y, lo más importante, desbloqueado el diálogo social, ha comenzado a ponerse nervioso urgiendo a que se anuncie cuanto antes, por lo menos, que hay un preacuerdo. Luego habrá días para recortar todos los flecos.

Y todo, porque como la vicepresidente segunda Elena Salgado nos ha desvelado, el día 24 de marzo, el Gobierno español quiere mostrar su nuevo triunfo en la cumbre europea para presumir ante sus colegas de que en España se siguen haciendo cosas y, además, con acuerdo de los agentes sociales.

Mientras tanto, en la CEOE comienzan a estar un poco al límite. Y esta negociación que había respetado escrupulosamente el pacto de silencio que tan buenos resultados dio en el anterior pacto, ha comenzado a lanzar mensajes a los sindicatos. Primero fue el responsable de la patronal de los fabricantes de automóviles (Anfac), Francisco Javier García Sanz, quien el martes dijo que se eliminaran los convenios sectoriales y dejar en el ámbito de la empresa la negociación de los convenios, sin referencias fijadas de antemano. Luego, este jueves, Jesús Terciado, vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme se desmarcaba y condicionaba el acuerdo a que los sindicatos aceptaran que las empresas se pudieran adaptar a los ciclos económicos. Lo que han dado en llamar “mayor flexibilidad interna”.

Claro, que resulta que esta propuesta  era de  tapadillo, porque ante las protestas de UGT y CC.OO, se ha sabido que el problema más que esa flexibilidad, que con la crisis se ha podido comprobar sobradamente  que existe, los empresarios lo que andan buscando es reformar el sistema por el que se fijan las subidas salariales. Angela Merkel les ha dado alas, desde que todos los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios tuvieron que plegarse a sus exigencias de que se la subida salarial se ligue a la productividad y no a la inflación. De eso hace ahora una semana.

Lo decíamos desde estas mismas líneas, que mucho nos temíamos que iba a ser un “traspiés” para la negociación y dicho y hecho. En las tres reuniones que los agentes sociales han mantenido desde el “Pacto del euro”, que refleja la petición alemana –era una de las condiciones para que Merkel aceptara mejorar el fondo de rescate europeo- los empresarios han vuelto a la carga de incluir también la reforma de la estructura salarial.

Y este viernes, un día antes de que finalice el plazo que les dio el Gobierno, los dirigentes de UGT y CCOO ya no han podido más y han acusado a la patronal de mantener posiciones maximalistas que imposibilitan el acuerdo. Los sindicatos denuncian que la CEOE ha decidido volver a incluir el modelo salarial, cuando al inicio de las negociaciones y por el bien del acuerdo la propia patronal había insistido en que se “quedara fuera”.

En todos los demás temas no parecía haber muchos inconvenientes para sellar el acuerdo. Hasta la fecha, los agentes sociales habían cerrado el diagnóstico económico y del empleo, los objetivos, objetivos y prioridades de la reforma. Y en cuanto al modelo salarial habían acordado mantener el modelo salarial actual (subida en función de la inflación prevista, inclusión de la cláusula salarial por si el IPC se desvía y reparto negociado de la productividad). Y, por último, cómo desarrollar en el acuerdo los criterios básicos para reformar la negociación colectiva y su articulación jurídica.

Pero en la última reunión, celebra este jueves, la CEOE se presentó con propuestas anteriores a estos criterios lo que ha distanciado las posibilidades de acuerdo. CCOO y UGT aseguran que en ningún caso van a aceptar nuevos retrocesos en los derechos de los trabajadores, si lo que piden los empresarios es que se deje en sus manos poder fijar las condiciones laborales y salariales de las empresas. Así se rompe la baraja, porque ahora se sabe que lo que persigue la CEOE con la “flexibilidad interna” es desequilibrar las relaciones laborales de la empresa, siguen buscando “poner el contador a cero” cada vez que se tenga que negociar un nuevo convenio, y rechazan que los directivos estén incluidos en la negociación colectiva

El enfado de los sindicatos es monumental con los empresarios, pero también con el Gobierno. Las manifestaciones de Elena Salgado, que ya se veía paseando triunfante el acuerdo de empresarios y sindicatos por la próxima cumbre europea, y el “toque” dado por Valeriano Gómez recordándoles que la fecha dada se agotaba y que firmaran un preacuerdo, porque para en los días siguientes se podrían cerrar los flecos pendientes, tampoco les ha gustado. Y por este motivo, también recuerdan al Ejecutivo que la negociación es bipartita, sólo de empresarios y sindicatos, y que se quede al margen.

Sea como sea, este sábado se cumple el plazo fijado por el Gobierno. Y no hay acuerdo. Incluso ambas partes se han dado este fin de semana para reflexionar y tomar una decisión, ya que se han citado para la próxima semana para decidir finalmente si es posible o no el acuerdo. Ahora mismo, la respuesta es no.

¿Te ha parecido interesante?

(+2 puntos, 2 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.