Las noticias sobre el auge de la izquierda española y en particular de Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias, inquietan a los inversores internacionales. Sin embargo, el ‘boom’ inversor – 50.000 millones el año pasado, un 30% más – no conoce de momento tregua. Los sectores de energía, telecomunicaciones y, recientemente, del inmobiliario acaparan gran parte de esta inversión que protagoniza un nuevo actor: la llamada ‘banca en la sombra’.

El apetito inversor por España no cesa, según aseguran Federico Roig y Rafael Méndez, dos abogados del bufete Cuatrecasas, asesor de compañías internacionales. Los abogados, que este miércoles han hecho balance de la situación de la inversión internacional en España, en un encuentro organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie), han llamado a “desdramatizar” la posible entrada de Podemos en el tablero político español.

En su labor de asesoría, los dos abogados coinciden en señalar que los inversores muestran interés por conocer los posibles cambios que provocaría la influencia de Podemos en el gobierno. Sin embargo destacan que ninguno de sus clientes, por el momento, ha eliminado o encarecido su interés por las compañías españolas.

Al contrario, el apetito inversor por España está en auge, según señalan. “Las expectativas son buenas y el flujo inversor ha aumentado exponencialmente”, subrayan. Al cierre de 2014, la inversión extranjera dedicada a la compra de empresas o participaciones, subió un 30% en relación con el año anterior, hasta sumar 50.000 millones de euros.

Evaporado durante la crisis la vuelta del interés por las compañías españolas dio un giro tras el verano de 2013 y se ha “consolidado” en 2014, indican.

Abundante liquidez

Una de las principales causas del ‘boom’ de la inversión internacional es que los mercados de capitales rebosan liquidez. En este marco, y con unos tipos de interés muy bajos, muchas empresas españolas se han lanzado a refinanciar su abultada deuda. Esta puerta de entrada, la deuda – acumulada por las empresas en la época precrisis – está siendo aprovechada por los inversores foráneos, y especialmente por un nuevo actor, la ‘banca en la sombra’.

Los fondos financieros han asumido el papel antes reservado a la banca. Esta llamada ‘banca en la sombra’ asume una función cada día más cercana a la de los bancos tradicionales. Compran cartera, entran en el capital de los bancos españoles, y sustituyen a las entidades tradicionales en su papel financiador de las empresas.

Otro actor que incrementa su papel en esta etapa es el capital latinoamericano, añaden. Así como las ‘joint ventures’, unas asociaciones temporales de empresas, cuya proliferación es un “signo muy positivo” de las expectativas económicas que genera nuestro país, señalan.

Vuelve el inmobiliario

Las empresas españolas que despiertan más interés en los inversores extranjeros pertenecen a los sectores de energía, telecomunicaciones y últimamente el inmobiliario. “Hay un interés desmedido por el mercado inmobiliario español”, confiesan.

Entre las operaciones señaladas en estos ámbitos destacan la venta de la eléctrica E. On a un fondo australiano; la compra de Ono por Vodafone, la oferta pública de adquisición (OPA) del Banco Sabadell sobre TSB y la compra de Talisman por Repsol, así como la adquisición de Testa por un fondo internacional, y la compra del negocio hipotecario de CataluñaCaixa, con un valor nominal de 6.000 millones, por parte del fondo Blackstone.

“Lo compran todo, pero a un precio”, aclaran, tras señalar otro de los síntomas de la reactivación del sector inmobiliario, como es la primera titulización de hipotecas tras la crisis, anunciada recientemente por el Banco de Santander.

Hasta el sector de las renovables, que en 2011 y 2012 llegó a experimentar una pérdida de valor fulminante por culpa de los cambios regulatorios, está avivando las ganas de la inversión extranjera. En este sentido, opinan, los últimos cambios de regulación del sector de renovables han obtenido la aprobación del inversor internacional – por su “vocación de permanencia”, afirman –, con la venta por parte de ACS de todo su paquete de activos en renovables, agrupados en Saeta. “No será la única operación que veamos”, auguran.

“La recuperación es una realidad. Y la tipología de las operaciones – concluyen – refuerza la idea de que hasta ahora el riesgo país se ha conseguido soslayar”.

“Las empresas españolas son sólidas, consiguen financiación cuando acuden a los mercados, y además, el entorno económico con bajos tipos de interés y gran liquidez, es muy favorable”.

Todo ello aleja una crisis “brutal” que, sentencian, ha transformado intensamente la economía española, especialmente el sector financiero, que concluye la crisis con la desaparición de la mitad de las entidades financieras que antes operaban en España, entre otros cambios, como la sustitución del antiguo sistema de supervisión nacional por un mecanismo de supervisión único europeo.