Mis pocos sueños de amor son todos contigo. Dijo aquella chica que padecía narcolepsia. Duermo poco y mal, pero lo poco que duermo sueño contigo y lo recuerdo luego, añadió. Su vida empezó a trastocarse cuando le diagnosticaron la enfermedad. Le dijeron: tienes narcolepsia.  Y ella dijo: pero si yo no tomo drogas. La médico se rió: no me refiero a las drogas, esto es una enfermedad referente al sueño.

A partir de ahí comenzó todo.

La verdad es que para ella nada es fácil. Vivir con la sensación de sueño todo el día a cuestas es muy duro. Sentir que te duermes, que te caes, que se te va la cabeza a otra parte y a la vez ser consciente de ello y no poder evitarlo, es duro. Luego escuchas a los compañeros de trabajo decir: Qué sueño tengo, me duermo. Y tú piensas, yo sí que me duermo de verdad. Y es que da igual que ella duerma 12 horas durante la noche, no entra en fase REM, por lo que en realidad su cuerpo descansa muy poco o nada. Durante el día su cuerpo flaquea, le faltan las fuerzas. Su cuerpo le pide esa desconexión que durante la noche no ha tenido. Y ella no puede evitarlo y se lo da.

Es duro porque es una enfermedad que a simple vista no se ve y que a veces no tienes ganas de explicar. A veces ella dice de broma: es que me duermo por los rincones, y la gente ríe y a veces le traen café. Pero el café no te mantiene despierta, te despeja un rato, pero luego el sueño regresa, porque el cuerpo necesita ese descanso tan necesario.

Los músculos flojos. Como cuando estás durmiendo y despiertas. Esa misma sensación. No puedes hacer una vida normal. No puedes conducir durante mucho rato porque un cabezazo te puede costar la muerte, la tuya y la de otras personas. No puedes hacer una vida social normal, porque tras comer, por ejemplo, eres incapaz de hacer sobremesa o de salir a pasear. El cansancio y el sueño llegan y con él la pesadez y se cierran los ojos y caes en el sueño. Es inevitable. Y es cada día.

Le dice a su pareja: mis sueños de amor son todos contigo. Y ella hace bromas y se ríe porque sabe que llorar no va a ayudar y la dejará más cansada. Lo realmente increíble es, que el cansancio la vuelve de plomo. Le pesa el cuerpo, ya no solo los párpados, sino el cuerpo entero.

Hay gente que no entiende esta enfermedad. Algunos le dicen: duerme por la noche mas horas, toma medicamentos, toma café cada dos horas y evitarás el sueño. Sin embargo, si con eso se solucionase hoy no existiría la enfermedad. Su cuerpo no descansa. No desconecta la máquina, por decirlo de algún modo. Y es por eso, que la máquina busca la desconexión durante el día, cuando intentas vivir, porque piensas que ya has dormido por la noche, como hace la gente. Sin embargo el sueño aguarda, y le da igual si estás trabajando o paseando. Siempre está ahí, atenta, robándote el sueño y la vida.