Bankia cree que la banca debe duplicar su rentabilidad para captar inversores

18/06/2015

Miguel Ángel Valero. Pagar los 100.000 euros garantizados por depósito hubiera supuesto 60.000 millones de euros, mucho menos que las ayudas públicas recibidas, señala su presidente, José Ignacio Goirigolzarri.

La banca española ha mejorado claramente su situación, pero tiene dos grandes asignaturas pendientes: la rentabilidad y su reputación. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, afirma en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander que “la banca española tiene una rentabilidad sobre fondos propios en el entorno del 4% o el 5%, muy alejado de su coste de capital, que es, en definitiva, el rendimiento que un inversor exige para comprar acciones”. Ese coste de capital oscila en estos momentos entre el 7% y el 8%. Bankia está ahora en el 8,7% y muy cerca de cumplir el compromiso del 10% para final de año.

“Incrementar la rentabilidad en un entorno de tipos históricamente bajos y de desapalancamiento de la economía no es una tarea fácil. Va a requerir de un excelente control del coste de riesgo, de la morosidad, y de una mejora constante de la ratio de eficiencia”, apunta.

“Un sistema financiero sólido pasa por ser rentable, porque si la rentabilidad está por debajo del coste de capital que requieren los inversores, el sistema será débil, estará infracapitalizado, no podrá incrementar sus carteras de créditos y, por tanto, no podrá financiar a su economía, siendo un freno a su desarrollo”, insiste.

Bancos no rentables o con rentabilidad insuficiente como para atraer capital son una rémora para una sociedad”, añade el presidente de Bankia. En este sentido, señala que  “llevo casi 40 años trabajando en banca, he trabajado directamente en muchos países, y no conozco ningún banco público en banca comercial de tamaño significativo que, conducido como instrumento de política económica, sea sostenible en el tiempo”.

Avisa que “el mandato en el que me encuentro más cómodo es con el que vine a Bankia, la devolución de las ayudas públicas”. Aplaude que el PSOE no ponga en cuestión la privatización de Bankia en su propuesta de renegociar con Bruselas el calendario para su venta, que debe hacerse antes del 31 de diciembre de 2017.

Tolerancia cero

Sobre la reputación de la banca, el presidente de Bankia subraya que “la sociedad está muy decepcionada con el funcionamiento del sistema financiero, culpa a los banqueros del deterioro de su nivel de vida, aunque están pagando justos por pecadores”. Y recomienda “escuchar lo que la sociedad nos pide y explicar lo que hacemos, que somos útiles, que sin un sistema financiero sólido la economía no se puede financiar, y los ciudadanos no podrán mejorar su nivel de vida”.

Recuerda que “no se rescata al banco, sino a los depositantes, porque si en Bankia hubiera que pagar los 100.000 euros garantizados hubiera costado 60.000 millones de euros”. Mucho más que los 24.000 millones de las ayudas públicas recibidas, aunque la comparación no tiene en cuenta los activos que vendería la entidad antes de su hipotética liquidación.

Para recuperar reputación, la banca debe mirar al futuro. “Para mirar al futuro hay que quitarse las mochilas del pasado, reconociendo los errores cometidos, y fijando una clara línea de diferenciación con el pasado y siendo proactivos en la puesta en conocimiento de supervisores y órganos judiciales de operaciones no ortodoxas”.

“En la organización debe resultar evidente que ningún resultado ni ningún objetivo puede justificar la transgresión de los principios, que existe una tolerancia cero hacia las malas prácticas o los comportamientos impropios”, insiste.

Sin obsesión digital, sí por la eficiencia

Otro reto de la banca, y de Bankia, es la eficiencia y generar más ingresos, “lo que pasa por incrementar la cartera de créditos con sensatez para no crear problemas a medio o largo plazo”. Goirigolzarri precisa que Bankia no vende créditos a pérdidas, y que tampoco se plantea cobrar directamente por el uso de sus cajeros automáticos.

Mejorar la eficiencia implica una “reducción radical del coste de los procesos, en la que la tecnología juega un papel clave”. Goirigolzarri subraya que cada empleado gestiona hoy el triple de volumen de negocio que hace 20 años gracias precisamente a la tecnología.

Muy ligada a la eficiencia está la multicanalidad. “Un tercio de nuestros clientes son multicanal, y el 42% se relacionan con Bankia casi exclusivamente a través de canales distintos a las oficinas. Éstas sólo realizan el 11% de las transacciones, y el 30% del crédito de consumo se realiza en cajeros automáticos o en Internet”, explica.

Pero el presidente de Bankia se desmarca, sin citarle “porque nunca hablo de competidores”, de la obsesión digital del presidente del BBVA, Francisco González. La velocidad de la digitalización “dependerá del interés de los clientes”. “Son ellos quienes, con sus cambios de hábitos, marcarán el ritmo. Los bancos lo que debemos hacer es escuchar al cliente y acompasarnos a su ritmo”, razona.

“Los vencedores serán aquellas entidades que, respondiendo a las demandas crecientes de los clientes en los canales virtuales, sepan adaptar sus redes tradicionales, combinar la multicanalidad y hacerse un hueco en la mente de los consumidores tanto en los canales convencionales y no convencionales”, enfatiza el presidente de Bankia. “Hoy el 86% de las personas de la banca trabajan en oficinas y en la red se concentra el 60% de los gastos generales. Es una realidad de la que uno no se puede escapar hablando solo de la virtualidad”, insiste.

La banca debe poner en valor esa capacidad instalada, que no debe ser vista como una rémora, sino como la base de una oferta competitiva. Y realizar una inversión masiva en el conocimiento del comportamiento de los clientes”, señala Goirigolzarri.

“El futuro será más digital y menos físico, pero la cuestión es el ‘timing”.`Y ese ritmo lo marca “el cliente, sus necesidades y su evolución”. “Por mucha virtualización a la que asistamos, tengo claro que las personas seguirán siendo clave. La clientela va a querer aprovecharse de las facilidades de la tecnología, pero va a requerir también de una relación personal que tendrá su máximo valor en la asesoría y contratación de productos. Y en ello las personas seguirán jugando un papel clave en la diferenciación entre buenas y malas entidades”, concluye el presidente de Bankia.

 

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