Disciplina y Cariño

20/06/2015

Carmen Duerto. Además de la disciplina y la austeridad, el empeño por la privacidad de las crías es prioritario.

ar1Ni chino, ni pilotar cazabombarderos, ni reptar como un boina verde, bailar zumba o cursar dos máster en prestigiosas universidades internacionales. A nada de eso está obligada Leonor de Todos los Santos Borbón Ortiz, princesa de Asturias desde la proclamación de su padre como rey, el 19 de junio del año pasado. Desde ese momento también asumió la dignidad de princesa de Gerona, princesa de Viana, duquesa de Montblanc, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer, asumiendo con todos esos títulos su condición como heredera de la Corona a sus ocho años. Para su hermana Leonor, siendo de la misma cuna, la proclamación no supuso nada más que un avance en la línea de sucesión y figurar en el orden de preferencias por delante del resto de su familia; sus tías Elena y Cristina e incluso, sus abuelos, los reyes Sofía y Juan Carlos.

Son generaciones y tiempos distintos a los de su antecesor en el título de Asturias. Compararla con su padre no tiene sentido porque son circunstancias diferentes, por ejemplo, cuando su padre estaba escolarizado en el mismo colegio que Leonor, en Nuestra Señora de los Rosales, apenas había medios de comunicación. Eventualmente un par de periodistas reflejaban los actos de la Casa Real. Si empezaba el colegio, si salía al cine o si actuaba en las obras teatrales del colegio apenas se sabía. Ahora, para cualquier evento se acreditan entre 200 y 300 medios. Y cuando Leonor nació en 2007 se comunicó la noticia por un SMS enviado al móvil de los periodistas, un artefacto que no existía en 1968, año en el que nacía Felipe de Borbón en un régimen en el que no estaba claro que algún día su abuelo fuera rey y mucho menos su padre.

ar3Leonor de Borbón, tiene una edad, nueve años, que está haciendo lo que tiene que hacer una niña de esa edad, escolarizada en un colegio privado en el extrarradio de Madrid con clases extraescolares. Lo más reciente ha sido tomar su primera comunión, en la iglesia de Aravaca, el distrito al que pertenece el centro escolar, no en la ermita del palacio de la Zarzuela como don Felipe. Con eso ya están dando dos pistas; quieren que se sienta una niña más mezclada entre sus compañeras de clase y quieren que siga una educación religiosa católica. De momento poca exposición mediática, más allá de ir a presenciar un desfile militar, acompañando a sus padres en la tribuna de honor el pasado doce de octubre. Ese fue su primer desfile militar como princesa de Asturias de los muchos que le quedan por presenciar. Más allá de este acto oficial, el resto han sido apariciones puntuales como la Misa de Resurrección en la catedral de Palma de Mallorca o las bodas de plata de la 41ª promoción de la Academia General del Aire de San Javier en Murcia, en la que estudió don Felipe entre los años 1987 y 1988 y al que acompañaron doña Letizia, Leonor y Sofía. Era un acto militar de la promoción de cadetes a la que perteneció don Felipe y que es costumbre que acudan los militares con sus familias. No era una visita institucional sino de familiares y ahí se pudo ver a Leonor, inclinar la cabeza por primera vez al paso de la bandera, algo que seguro que estuvo practicando en casa con sus padres. De estas apariciones públicas en actos militares, también se puede deducir que ella, algún día como Capitana General de los tres ejércitos, le será muy útil recibir formación militar. Cuando su padre estudiaba en las academias militares las mujeres no tenían casi presencia, cuando le toque a Leonor ese no será un problema.

Su papel institucional está definido en la constitución pero tiene una edad en la que prevalece la infancia y la protección de su privacidad como menor que es e irá asumiendo, un papel institucional según vaya creciendo. Por no haber no hay ni un borrador de Estatuto de la Corona, algo que tienen que desarrollar y aprobar las Cortes Españolas. Por supuesto no hay “hoja regia de ruta” ni tampoco prisa. Si hubiera algún papel institucional para la princesa de Asturias, lo asumirían de momento sus padres, como así ocurre con las Fundaciones que llevan su nombre. Sin ir más lejos, durante la entrega del premio Princesa de Gerona, título que lleva Leonor, su padre la mencionó en su discurso “felicidades en nombre de la actual Princesa de Viana, nuestra hija primogénita Leonor”.

ar4Se la quiere educar con la mayor “normalidad” posible y acorde a su tiempo. Sus padres y en eso parece que el peso de las decisiones las lleva Letizia, tratan de preservar lo máximo posible su privacidad. Inglés, francés, deportes, hábitos saludables y que se críe y eduque todo lo “normal” que pueda ser. ¿Campamentos? ¿Cursos escolares en el extranjero? ¿Cursos de vela en Mallorca? Pues de momento le encantan los animales, ha visitado granjas-escuela y en Marivent tienen gallinas y en La Zarzuela un huerto, además de más de 4.000 gamos y 500 jabalíes viviendo en el monte de El Pardo, donde se ubica la casa-palacio familiar. Ha viajado con sus padres por España y el extranjero. Disfruta viendo en verano a sus primos paternos aprendiendo a navegar en la escuela de Calanova, que por edad ella no ha podido aún apuntarse. Su madre le inculca el gusto por la lectura y es aficionada a crear sus propios “regalos”, unos collages con fotos e historias inventadas. Disfruta en el cine, en las comidas familiares con barbacoa, en el circo o tomando un helado italiano en una terraza de Aravaca que es casero y sano porque dicen que Letizia admite pocos caprichos. Suele jugar con los hijos de los amigos de sus padres y parece que también hace senderismo con ellos.

Teniendo una madre como Letizia, criada en el mundo real y habiendo ejercido como periodista, el empeño por la privacidad de las crías es prioritario. Además de la disciplina y la austeridad. No quiere que con nueve años, aunque sea princesa, la vida de su hija sea otra cosa que una niña feliz haciendo las cosas que los niños de su posición hacen per

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