Gadafi no llegó nunca, que se sepa, a acuerdo alguno con ETA, aunque contactos los hubo. Pero con el IRA su relación fue de escándalo, pues durante un tiempo se convirtió en uno de sus mejores suministradores de armas. La mano del pasado terrorista del líder libio es muy alargada. De hecho, la secretaria de Estado norteamericana, Hilary Clinton, acaba de decir que EEUU investigará si Gadafi personalmente está detrás del atentado terrorista de Lockerbie (Escocia), que acabó con la vida de 259 personas que viajaban en un avión de la compañía Pan Am.

Pero la amenaza de Gadafi a todo el mundo occidental y especialmente a quienes protagonizan la ofensiva bélica contra él no ha caído en saco roto ni en España, ni en Francia, ni en Italia. Los servicios de inteligencia de los países europeos afectados calibran permanentemente la posibilidad de que los seguidores del dictador libio puedan cometer atentados en sus territorios.

No obstante, el nivel de alerta es potencialmente bajo, meced a la falta de operatividad que los seguidores de Gadafi pueden tener en territorio europeo. Resta eficacia a la amenaza el hecho de que el coronel Muamar Gadafi haya tenido unas relaciones de enfrentamiento con Al Qaeda. No hay que olvidar que Libia  es uno de los pocos países del norte de África que logró acabar con la rama de Al Qaeda que operaba en su territorio.

Así pues, sobre la mesa parece estar clara la falta de eficacia potencial de un supuesto ataque terrorista de origen libio en Europa, aunque no se sabe si en el futuro, según se desarrollen los acontecimientos, pueda verse revisado al alza dicho peligro.

A nadie va a extrañar que la amenaza de Libia sea uno de los asuntos que atraigan más la atención a las delegaciones de los Ministerio del Interior de España y Francia que se reunirán el miércoles 22 de marzo en Madrid. En los contactos confidenciales de los altos responsables de Inteligencia antiterrorista de ambos países es seguro que habría intercambio de información y acciones de coordinación policiales, como las hay desde hace años en la lucha contra ETA.

España, como país de paso, siempre ha sido un territorio donde se ha tenido mucha información confidencial  de los grupos terroristas originarios de países del norte de África, mientras que Francia tiene una de las colonias más amplias de ciudadanos originarios de esta misma zona. Hay, por tanto, mucho que vigilar y mucha  información que compartir contra el fanatismo, aunque el Gobierno no vea necesario aumentar en estos momentos la alarma terrorista.