Este miércoles 24 de junio concluye el plazo para aceptar la OPA lanzada por Orange a Jazztel, después de un largo periodo marcado por el análisis de las autoridades de la Competencia de la UE a la concentración que la compra conlleva. La oferta incluye un precio por acción de 13 euros, lo que supone valorar la compañía en unos 3.350 millones de euros.

Medios bursátiles apuntan a que la operación se cerrará con éxito, es decir, que acudirá a la OPA accionistas que representen como mínimo el 50% del capital, condición puesta por el grupo francés para aceptar la transacción. En principio cuentan con el apoyo del consejo de administración de la empresa española, que realizó un informe en el que se valora positivamente la prestación. En este contexto, parte del consejo, incluido el presidente, Leopoldo Fernández Pujals, ha firmado un compromiso irrevocable de desinversión. Otros consejeros se unieron después, con un total del 15,5% del capital.

A estos temas se une la recomendación de los analistas que estiman que el precio es aceptable, y alerten de la posibilidad de que los accionistas que no acudan se vean atrapados con unos títulos que tenderán a bajar y con un accionista mayoritario que impondrá sus condiciones. Este sería el escenario en el que Orange logrará el 50%, pero menos del 90%, ya que ha ha descartado lanzar una OPA de exclusión en esas circunstancias. Tampoco se descarta que después de la oferta de exclusión, el grupo integrado salga al mercado bursátil.

Orange se consolida, si la adquisición sigue adelante, como tercer operador de telecomunicaciones en España, detrás de Telefónica y Vodafone (que adquirió ONO). No obstante, está obligada por las condiciones impuestas por La Comisión Europea a vender activos, por los que se ha interesado Yoigo (filial de la nórdica TeliaSonera) y el operadro independiente MásMóvil.