Mapfre ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) los “Principios Institucionales, Empresariales y Organizativos del Grupo”, que sustituyen al Código de Buen Gobierno vigente desde el 27 de julio de 2008, y que supone una autentica revolución, al menos desde el punto de vista forma, en la gobernanza de la mayor multinacional española del seguro.

Precisamente la “dimensión global” de Mapfre, con presencia física en 45 países, con  normativas de gobierno corporativo «muy diferentes», justifican según el grupo presidido por Antonio Huertas la entrada en vigor de estos Principios.

El consejo de administración y el órgano de dirección serán los responsables del cumplimiento de los Principios, y se comprometen a comunicar “en su caso y por los cauces establecidos”, cuantas circunstancias o actuaciones entiendan que los incumplen. El grupo también se compromete a dar a conocerlos entre los distintos grupos y colectivos con los que Mapfre se relaciona.

Llama la atención el acento de los Principios en la «rigurosa separación» entre las actividades de Mapfre, cuyo objetivo, destaca, es la creación de valor para todos los accionistas, y las de la Fundación Mapfre, sin ánimo de lucro y con un fin social.

Mapfre se compromete con una gestión basada en criterios «estrictamente profesionales y técnicos, que eviten conflictos de interés». Para ello, exige una autorización expresa del consejo, si la participación de uno de sus miembros, directivos o empleados es significativa (más del 0,1 % de las acciones en circulación).

Se mantiene la prohibición de incorporarse a los órganos de administración, a la dirección o a la plantilla de Mapfre de personas que tengan parentesco hasta de segundo grado, incluso por afinidad, con otros consejeros, empleados o directivos en activo.

El consejo de administración es el órgano superior y de supervisión dentro de la compañía, y su presidente será el máximo responsable ejecutivo del grupo. Mapfre desarrollará un plan de cobertura de vacantes que garantice la idoneidad de los aspirantes a consejeros, basada en sus competencias, diversidad en orígenes profesionales y geográficos, así como en una presencia suficiente de ambos sexos.

Para ser consejero de Mapfre se deberá contar con una titulación universitaria o, al menos, 5 años de experiencia en funciones de administración, además de cumplir con los requisitos de honorabilidad, una trayectoria personal «intachable» y carecer de antecedentes penales. En ningún caso, norma que ya se aplica ahora, los consejeros podrán superar los 70 años, ya que al cumplir esa edad cesarán en sus cargos, incluso aunque no hayan completado sus mandatos, y no podrán ser reelegidos.