Mientras crecen los «rumores» sobre la salida del primer ejecutivo de FCC, Juan Béjar, las líneas básicas de los últimos planes que se han anunciado para el grupo de infraestructuras parece que sí sobrevivirán al previsible cambio en la cúpula, según los analistas conocedores de esta compañía, Recorte de gastos, concentración de negocios y más peso de América Latina de la mano de su primer accionista del grupo del magnate mexicano (25,6% de capital), así como mejora de la estructura financiera aunque sea en detrimento de la retribución a los accionistas.
Y si bien ya la empresa alcanzó un acuerdo para la refinanciación de sus deuda y recibió la inyección proveniente de la entrada de Slim en su capital, los consejeros de FCC han llegado a la conclusión que es necesario llevar a cabo una reducción de los costes financieros por lo que no se descarta una nueva negociación con los acreedores. Además, la junta de accionistas ha dado autorización al consejo para emitir 1.000 millones de euros en bonos u otros instrumentos y 500 millones millones convertibles en acciones.
En este contexto, los expertos estiman que esa negociación conllevará, como ocurre en estas partidas entre compañías y bancos, exigencias que incluirían la ampliación de capital de FCC. Un aspecto que, por otro lado, implicaría un nuevo cambio en la estructura accionarial de la empresa, hasta hace pocos meses controlada por la familia Koplowitz.
Y su otro proyecto importante en España, la inmobiliaria Realia, necesitará también una aportación de capital para afrontar la etapa que se abrirá después del proceso de las dos ofertas públicas lanzadas para hacerse con su control. Es un aspecto que ha sido asumido por Hispania (el competidor), participada por Georges Soros, y que forma parte del plan de futuro para la inmobiliaria que preside Ignacio Bayón del que también forma parte ser convertida en otra socimi (sociedad inmobiliaria cotizada).
Pero todo indica que la oferta de Hispania (0,49 euros por acción) no tendrá éxito, puesto que el precio ofertado por Carso, la sociedad de Slim, es un 18% más elevada, si bien también ha sido rechazada por el consejo de la inmobiliaria. En el caso del empresario mexicano la posición del consejo de la inmobiliaria no deja de jugar a su favor, ya que podría traducirse en que no alcanzase el 30% del capital pese a que cuenta ya con el 24,9% de Realia adquirido a Bankia.
La ventaja para Carso es que si no pasa del citado 30% no se «despiertan» ahora las alertas establecidas en el contrato con los acreedores de la inmobiliaria -por cambio en el control de la empresa-, que se asumieron con el crédito sindicado. Y tendría más tiempo para negociar con Hispania, que firmó una acuerdo de derechos con Fortress, King Street y Goldman Sachs sobre la citada deuda que está en sus manos.
Carso ha reconocido que, en caso de superar el 30% -hay que tener en cuenta que indirectamente cuenta también con el 39% de Realia propiedad de FCC-, podría plantearse realizar una ampliación de capital, que daría paso a acreedores o a la propia Hispania. Pero los analistas van más allá y estiman que la inyección de capital, sea de Slim o de otras procedencias- es necesaria para la inmobiliaria.
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