A pesar del rescate aprobado y de la ayuda de emergencia que ayer mismo decidió el Eurogrupo para Grecia, por importe de 7.000 millones, la permanencia de Grecia en el euro sigue siendo un asunto de debate en las altas esferas y la postura alemana es cada vez más nítida.

Su ministro de finanzas, el siempre combativo Wolfgang Schauble, insiste en que la situación de Grecia es insostenible sin una quita de la deuda que mantiene y que esa quita es incompatible con su permanencia en el euro, por lo que la mejor opción sería una salida temporal de Grecia del euro para poder resolver sus problemas de una forma más adecuada.

Lo que se creía una idea personal, sin embargo, no parece tan personal. La propia Angela Merkel respaldó la idea de su ministro en una reunión con diputados conservadores alemanes, lo que da a las palabras de Schauble un refuerzo adicional y demuestra que a pesar del rescate y del dinero, los alemanes siguen muy incómodos con la presencia de Grecia en la moneda única.

Las reacciones no se han hecho esperar y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha pedido que concluya este debate de una vez por todas «para poder trabajar en lo realmente importante que es sacar a Grecia de la crisis».

Distintos expertos han subrayado que en realidad del punto de partida de la reflexión original de Schauble es más que discutible por cuanto en el segundo rescate a Grecia se incluyó una quita de la deuda y a nadie pareció incompatible con la permanencia del país en el euro, por lo que existen instrumentos suficientes para abordar este asunto sin la necesidad de una salida de Grecia del euro.

De hecho, el presidente del parlamento europeo, el alemán Martin Schultz, parece en las antípodas de sus compatriotas y ha subrayado que «a finales de 2014 Grecia iba muy bien y de lo que se trata ahora es de restaurar las condiciones que permitieron la mejora».