En la localidad escocesa de Saint Andrews empezó todo. Tanto para Kate Midlenton y el príncipe William, que se conocieron  en su antigua universidad, como para el golf, ya que en esta zona de Escocia, a una hora en coche de Edimburgo,  se inventó este juego. Lamentablemente, para este deporte tan ingles, ningun miembro del núcleo duro de la Royal  Family, excepto el hijo pequeño de la reina Isabel, Andres, lo practica. Asi que los Windsor no tienen la costumbre de visitar la localidad y eso que veranean en el palacio escocés de Balmoral, justo al Oeste de St.Andrews.

Aun sin presencia regia, este torneo es el mas prestigioso y elegante del mundo. Tan es así que se llama The Open, a secas, sin mas añadidos. Es uno de los considerados cuatro torneos grandes, en el mundo del golf, pero St. Andrews es el torneo por excelencia. Gracias a la invitación del whisky de malta escoces, Glenmorangie, he sido invitada a vivir la experiencia de disfrutar de un torneo que ganó en 1984 el grandísimo Severiano Ballesteros. Al que por cierto, aquí se le reverencia. El jugador cántabro aquí es un icono y una leyenda.  Sus fotos jugando en St.Andrews decoran hoteles, como el lujoso Fairmont o restaurantes, como el Rocca, con ventanales  con vistas a los hoyos 1 y 18. Escuchar hablar constantemente de él, al que se refieren como Seve, parece que fuera  mas escoces que español. David Cannon, el fotografo oficial del Open, autor de las famosas instantáneas de Seve,  vestido de azul, ganando The Open «es mi ídolo, siempre que ganaba se quedaba quieto, no salia corriendo como otros.  Era una persona cercana y ayudaba a los otros jugadores, les descubría los trucos del campo». Seve correspondió  a esa admiración tatuándose en su brazo izquierdo la foto que le sacó Cannon cuando hizo su putt ganador. Ahora  su hijo, Javier, que es jugador profesional desde hace un año, sigue sus pasos aunque aun no ha jugado en St.Andrews  «No he estado en The Open, lo he seguido por la television, yo estaba jugando otro torneo y sí, sé que ahí le quieren muchísimo».

Llegará su día de debutar, como le llegó a otro grande, que andaba esos días por tierras escocesas, Sergio Garcia, apodado «El Niño» que consiguió la proeza de ganarlo como «amateur» con 18 años en 1998.

El que no levanta cabeza es Tiger Wood, que no pasó el corte y a mitad de competición ya estaba descartado. Desde su trágico divorcio, Tiger ya no es el Tigre ganador del pasado. Con lo bien que le vendria para recuperar la fortuna que perdió con la separacion, ya que el ganador se ha embolsado un millon ciento cincuenta mil libras, casi dos millones de euros.

Pero Sant Andrews, es mas que golf, es una experiencia única, donde nadie fuma, los selfies y pedir autógrafos están prohibidos, hay una zona habilitada para ello, los espectadores respetan un código de vestimenta elegante y no hacen aspavientos que puedan distraer a los jugadores, tampoco se pueden hacer fotos ni vídeos mientras estánjugando. The Open es único en el mundo porque su campo, llamado «The Old Course», limita con la playa y la ciudad, formando parte de la vida local. Este lugar es precisamente donde un grupo de amigos en 1552 se pusieron a jugar con un palo y una  bola en un espacio verde de su ciudad y se inventaron un juego que, junto a las destilerías de whisky,  proporcionan generosos ingresos en Escocia. Un territorio que dispone de 550 campos de golf y que cuando se disputa su Open recibe espectadores de 80 países, que pueden sentarse en mas de 20.000 asientos, pone en juego 40.000  bolas de golf y se sirven mas de 18.000 copas de champagne. Sin duda St.Andrews es el Ascot del golf y con figuras como Pablo Larrazabal, Javier Ballesteros o Rafa Cabrera, España tiene asegurada su continuidad en The Open, así a secas, donde hemos sentido que Seve está mas presente que en su propio país, en estas tierras del norte de Europa, se le idolatra.