La crisis política que podría abocar a Portugal a pedir un rescate de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI) dominará el tradicional Consejo Europeo de primavera. En Bruselas se considera a Portugal como la última muralla que protege a España y se teme que su caída provoque un nuevo contagio a la deuda española, que en los últimos días se había alejado de la zona de riesgo pese a la rebaja de nota por parte de la agencia de calificación Moody’s.
A estos problemas se suma la incapacidad de los Veintisiete para pactar un plan global anticrisis pese a haber repetido durante meses que el paquete estaría listo durante esta cumbre.
Por lo que se refiere a la medida más urgente, la ampliación del fondo de rescate actual, los líderes de la eurozona acordaron el 11 de marzo aumentar la capacidad de préstamo de su tramo intergubernamental hasta 440.000 millones de euros. En la actualidad sólo puede llegar hasta 250.000 millones porque necesita mantener el resto en reserva para conservar la máxima calificación crediticia.
Pero los ministros de Economía no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo llegar hasta 440.000 millones de euros. La opción preferida, también por España, es aumentar las garantías que aporta cada país. Pero el veto de Finlandia, que se encuentra en periodo preelectoral, impedirá que se adopte una decisión durante el Consejo Europeo.
Los ministros de Economía de la eurozona proseguirán las negociaciones las próximas semanas con el objetivo de alcanzar un acuerdo antes de junio. Ello significa que los cambios no servirán ya para ayudar a Portugal si, como parece, necesita asistencia en las próximas semanas.
«Deberán ultimarse la preparación del tratado relativo al Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo permanente) y las modificaciones del acuerdo relativo al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (el fondo actual) para garantizar una capacidad efectiva de préstamo de 440 mil millones de euros, con el fin de que los respectivos procedimientos nacionales puedan concluir a tiempo para la firma simultánea de ambos acuerdos antes de que termine junio de 2011″, según señala el proyecto de conclusiones de la cumbre.
Tampoco se prevé un acuerdo para rebajar el interés del 5,8% que paga Irlanda por su rescate. «Será más tarde», explicaron fuentes diplomáticas. Alemania y Francia exigen cambio al nuevo primer ministro, Kenny Enda, que suba el impuesto de sociedades del 12,5%, uno de los más bajos de la UE. Enda mantiene su negativa y podría ofrecer medidas de ajuste alternativas, pero esperará a que se conozcan los resultados de los test de estrés a los bancos irlandeses, que se adelantan a finales de marzo, para ver si necesita pedir más ayuda.