¡Santo Ginsberg!

25/03/2011

Daniel Serrano.

«He visto los mejores cerebros de mi generación destruídos por la locura, famélicos, histéricos, desnudos» aulló Allen Ginsberg en 1955 y América comenzó a despertar a una insurrección de libertad y Kerouak y Cassady aderezaron un primer ponche de ácido lisérgico y tantos años después todavía cada vibración de ese épico poema generacional nos llama a la vida. Aullido vuelve a estar de actualidad por la película que protagoniza James Franco y que ha llegado a nuestras salas este fin de semana. Ese tópico imbécil tan extendido que nos presenta a los Estados Unidos como el colmo de la zafiedad intelectual frente a la virtuosa Europa debiera revisarse de una vez por todas. Mientras el torrentismo arrasa en taquilla, Hollywood nos envía un largometraje vertebrado nada más y nada menos que sobre una larga enunciación de versos. Eso es Aullido, la película, un bellísimo mantra en boca de James Franco/Allen Ginsberg, aliñado con retazos de falso documental que, por cierto, funciona perfectamente como manual sobre las claves del texto.

No me malinterpreten. Aullido no es una obra maestra. Pero como propuesta cinematográfica resulta de lo más atractivo para espectadores heterodoxos . Y es una oportunidad única para comprender el poema de Ginsberg tal y como se concibió: como un furioso grito que no sólo hay que leer sino también escuchar. Y James Franco recita Aullido con la pasión necesaria, con la ironía conveniente en algunos pasajes, con el dramatismo que esos versos se merecen, haciéndonos partícipes de un ritual que unos pocos privilegiados vivieron en los sótanos de una librería de San Francisco,cuando un mundo nuevo no acababa de nacer y el viejo mundo no acababa de morir.

Así pues, lean, relean Aullido, que nunca está de más. Y si se quedan con ganas de saber cómo es su sonido original, vayan al cine y degusten los versos en la voz de James Franco. Y quédense, como yo, fascinados por la inmensa vitalidad de la industrial cultural estadounidense: capaz de exportar una película sobre un poema o un inmisericorde documental sobre los excesos del capitalismo, Inside job, que ya quisiéramos ver llevado a cabo por la progresía europea.

Y recuerden: «¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡La máquina de escribir es santa el poema es santo el éxtasis es santo! ¡Santo el Ángel en Moloch! ¡Santo el mar santo el desierto santa la vía ferrea santo el abismo! ¡Santa la sobrenatural extrabrillante bondad del alma».

Santo Ginsberg.

Aullido y otros poemas. Allen Ginsberg. Visor. 91 páginas.

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