La Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) parece dispuesta a revisar  su estrategia de producción de petróleo ante la volatilidad de los precios de los hidrocarburos y la elevada distorsión entre la oferta, que tiende al crecimiento, y la demanda, que está debilitada por la ralentización de la economía china y de otros países asiáticos, incluido Japón, así como por la apuesta por las energías renovables. La OPEP reconoce que las presiones de los precios a la baja «permanecen como una causa de preocupación».

La noche este lunes, el Brent (crudo de referencia de Europa) subió más de 4 dólares el barril, lo que la ha permitido superar ampliamente la barrera de los 50 dólares. El precio del barril West Texas Intermedie (WTI) aumentó 8.8% hasta los 49.20 dólares por barril. En esta trayectoria también ha influido los datos del Departamento de Energía de Estados Unidos que señalan que la producción doméstica de junio fue de 9.3 millones de barriles por día, 100,000 menos que su estimación previa.

La OPEP, que acumula el 40% de la producción mundial de crudo, también ha indicado que está dispuesta a dialogar con otros países exportadores para trabajar por un mayor equilibrio entre oferta y demanda. No obstante, el cartel controlado por Arabia tiene que modificar en profundidad su actual estrategia y reducir producción, frente a una política no sólo de mantenimiento de los 30 millones de barriles diarios sino incluso de superación en más de dos millones de barriles.

En este contexto de rally alcista de tres jornadas, Citi estima que tanto Brent como el West Texas tienen posibilidades para vivir otra oleada bajista, lo que le llevaría a marcar nuevos mínimos anuales.

Por su parte, China está utilizando la caída del petróleo para almacenar grandes cantidades de crudo, lo que la está convirtiendo en uno de los países con más reservas del mundo.