El motivo del cierre es la «racionalización» de la actividad, ya que el uso de las oficinas, todas en alquiler, destinadas al asesoramiento y en su mayoría compartidas con Santander Consumer Finance, era bajo.

En concreto, el 77% de los clientes del banco online realizan operaciones a través de Internet, el 4% mediante el teléfono y el 18% lo hace indistintamente. Sólo el 1% de los clientes acudían personalmente a las oficinas del banco.

La entidad, que contaba con 30 oficinas en toda España, procedió al cierre de algunas sucursales en los últimos años. Sin embargo, tras su integración en la división de Banca Comercial España optó por cerrar 20 de las 21 oficinas que aún mantenía abiertas.

Los más de 20 empleados de estas oficinas han sido recolocados dentro del grupo, aunque la entidad también tenía personal subcontratato.