La entidad confirma que ha iniciado ya conversaciones formales con el sindicato Unite y otros representantes de los trabajadores sobre este nuevo proceso de reestructuración del banco. Así, destaca que su intención es reducir al mínimo los despidos y ofrecerá bajas incentivadas voluntarias cuando sea posible, al mismo tiempo que apunta que los recortes afectarán a empleados de todas las categorías.

En este sentido, recuerda que, según recogen los resultados de 2010, la entidad sigue siendo deficitaria y que, tras la escisión del banco en dos entidades, Northern Rock y Northern Rock Asset Management, ha entrado en 2011 con una elevada base de costes.

Así, añade que los resultados también ponen de relieve que la gestión de costes será de nuevo una «parte clave del enfoque de 2011», en la medida que la entidad continúa su «camino hacia la rentabilidad» y se prepara para volver al sector privado. «La reestructuración propuesta pretende mejorar la eficiencia operativa y alinear el número total de empleados con las expectativas de crecimiento a medio plazo», señala.

El presidente ejecutivo de Northern Rock, Ron Sandler, remarcó que las condiciones económicas y comerciales siguen siendo «muy desafiantes» para un banco como Northern Rock. En este sentido, subrayó que el mercado hipotecario «sigue limitado» y que el entorno de bajos tipos de interés continúa siendo «un elemento en contra para los bancos y las cajas de ahorros que se financian principalmente de ahorros minoristas».

Por ello, recalcó que, para lograr sus objetivos, deben seguir adaptando su base de costes, que es «demasiado grande» en comparación con el tamaño de la compañía, «lo que lamentablemente implicará recortes en el empleo». «Este es un momento de desasosiego para nuestros empleados, que han pasado por mucho en los últimos años. Les mantendremos bien informados durante el proceso y apoyaremos a aquellos que se vean afectados», añadió.

El banco británico Northern Rock, que agrupa los activos saneados de la nacionalizada entidad de Newcastle, registró pérdidas por importe atribuido de 223,5 millones de libras (253 millones de euros) en 2010, el primer ejercicio tras su escisión en un ‘banco bueno’ y uno ‘malo’, que agrupa los activos hipotecarios bajo la marca Northern Rock Asset Management.

Northern Rock se convirtió en septiembre de 2007 en la primera víctima de la crisis financiera en Reino Unido, lo que provocó su nacionalización en febrero de 2008, convirtiéndose así en la primera entidad británica en pasar a manos del Estado en más de 30 años.