El consejero delegado de Volkswagen, Martin Winterkorn, ha presentado su dimisión y abandonará el cargo tras asumir la «responsabilidad» en el caso de la manipulación de datos sobre emisiones de CO2 en Estados Unidos, a pesar de ser consciente de «no haber hecho nada equivocado».
«Como consejero delegado, acepto la responsabilidad por las irregularidades halladas en los motores diésel y por ello he pedido al consejo de supervisión que apruebe mi cese en las funciones como consejero delegado del grupo Volkswagen», afirma el directivo.
«Me encuentro en estado de shock por los sucesos de los últimos días. Por encima de todo, me siento estupefacto ante la posibilidad de que una mala práctica de esta envergadura sea posible en el Grupo Volkswagen», afirma Winterkorn.
El directivo asegura que siempre se ha movido por el «deseo de servir a la compañía, especialmente a los clientes y a los empleados». «Volkswagen ha sido, es y siempre será mi vida», afirma.
«El proceso de aclaración y de transparencia debe continuar. Es la única forma para recuperar la confianza. Estoy convencido de que el Grupo Volkswagen y su equipo superará esta grave crisis», añade.
La renuncia de Winterkorn se produce días después de que las autoridades medioambientales estadounidenses detectaran que la compañía había falseado la información sobre sus emisiones de CO2 en Estados Unidos, por lo que podría recibir una penalización de hasta 18.000 millones de dólares (16.200 millones de euros).
Para hacer frente a esta situación, la compañía anunció una provisión de 6.500 millones de euros que afectará a sus resultados del tercer trimestre del año.
Provisión de 6.500 millones
La compañía indica que la provisión tendrá efectos sobre la cuenta de pérdidas y ganancias del tercer trimestre del año, lo que afectará a los resultados del conjunto del ejercicio. Como las investigaciones están abiertas, la cantidad podría quedar sometida a revisión.
Volkswagen está «trabajando a toda velocidad» para aclarar las irregularidades acerca del ‘software’ utilizado en sus vehículos estadounidenses, afirma el comunicado, según el cual los nuevos vehículos con motores EU 6 diésel disponibles en Europa cumplen con todos los requisitos legales.
Las investigaciones internas de la compañía, señala, concluyen que este ‘software’ también está instalado en otros vehículos diésel del grupo Volkswagen, si bien «en la mayoría de estos motores el ‘software’ no tiene ningún efecto».
Las irregularidades afectan a motores de tipo EA 189, instalados en once millones de vehículos en todo el mundo. Las desviaciones detectadas en las pruebas de emisiones solo se utilizan en este tipo de modelos, subraya la compañía.
«Volkswagen está trabajando intensamente para eliminar estas desviaciones» y se encuentra en contacto con las autoridades federales alemanas, la Motor Transport Authority (KBA, Kraftfahrtbundesamt), para avanzar la respecto.
La compañía también asegura en el comunicado que no tolerará ninguna violación de la legislación y que mantiene como prioridad la recuperación de la confianza perdida entre sus clientes.
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