La llegada de Müller al sillón de mando del consorcio de Wolfsburg, que se llevará a cabo con carácter inmediato, se produce después de que Winterkorn presentara su dimisión el pasado miércoles, asumiendo la «responsabilidad» en el caso de los motores diésel, pese a afirmar que no había hecho «nada malo».
«Hago esto por el interés de la compañía, a pesar de que no he hecho nada malo. Con mi dimisión, despejo el camino para el cambio», aseguró el hasta entonces máximo responsable del consorcio germano, que ha provisionado 6.500 millones de euros por los posibles gastos derivados del problema de la manipulación de los motores.
Winterkorn llevaba al frente del grupo germano desde el 1 de enero de 2007, cuando sustituyó a Bernd Pischetsrieder y tras dejar su responsabilidad como responsable del grupo de marcas Audi, que incluía a las firmas Audi, Lamborghini y Seat.
En la actualidad, el grupo trabaja en el objetivo de convertirse en primer fabricante mundial de automóviles para 2018, hito que podría lograr este mismo ejercicio. En 2014, la empresa logró su objetivo de vender diez millones de unidades, con 10,14 millones de vehículos comercializados de todas sus marcas, un 4,2% más que en 2013.
El pasado verano, Winterkorn tuvo un enfrentamiento con el presidente del consejo de vigilancia de la corporación, Ferdinand Piëch, que finalmente concluyó con la dimisión de éste ante la falta de «confianza mutua necesaria».
Müller, por su parte, se convierte en consejero delegado de Volkswagen en un período convulso y como una entrada de aire fresco que viene acompañada de otros cambios en el consejo de dirección de la compañía, como consecuencia del caso de las emisiones de los motores diésel.
El presidente y consejero delegado de Porsche ejercía dicha responsabilidad desde hace cinco años, mientras que el pasado mes de febrero se convirtió en miembro del consejo de administración de Volkswagen Group con responsabilidad sobre Porsche.
Müller mantendrá la dirección de Porsche hasta que se encuentre un sucesor y cuenta con un contrato como presidente de Volkswagen que vence en febrero de 2020. Con motivo de su nombramiento, aseguró que su tarea más urgente será «recuperar la confianza sobre el grupo Volkswagen», así como «no dejar ninguna piedra sin remover» y con la máxima transparencia.
Por su parte, el presidente interino del consejo de vigilancia de la empresa, Berthold Hubert, aseguró que Müller es una persona con una gran competencia estratégica, empresarial y social. «Conoce bien el grupo y sus marcas y puede participar inmediatamente de su nueva tarera con toda la energía», añadió.
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