La mejor escapada menorquina

28/09/2015

Carmela Díaz.

Es Menorca una isla pequeña, pero llena de historia y misterios: la isla del viento y la tramontana. En sus tierras se asentaron civilizaciones primitivas que salpicaron la isla de monumentos megalíticos, fenicios, griegos, cartagineses, vándalos, bizantinos, normandos, árabes. Hasta la definitiva conquista por la Corona de Aragón. ¿Qué hacer en esta isla balear, una de las más paradisiacas del Mediterráneo? Aquí les damos unas buenas pistas.

Cala Macarella

Cala Macarella

Las calas. Sin duda uno de los principales encantos de esta isla. La mayoría solo son accesibles por mar o caminando a través de senderos agrestes y atravesando bosques de pinos. Algunas de las imprescindibles:

Trebalúger. De arena blanca, con dunas y un pequeño manantial flanqueado por un bosque de pinos.

– Cala Pregonda. Uno de los rincones míticos de Menorca por los contrastes de las azules aguas, el dorado de la arena, el rojizo de las rocas y el verde de los pinares.

Cala Font

Cala Font

– Cala Font. Aquí no se viene a bañar ni a fondear sino a comer. Se trata de una pintoresca y coqueta cala de pescadores ubicada en Es Castell repleta de restaurantes situados a escasos metros del agua.

– Cala Galdana. Es una de las playas más grandes de la isla. Rodeada de hoteles, restaurantes y cafeterías, está perfectamente acondicionada para los que busquen comodidades. De obligada parada resulta el restaurante El Mirador con unas panorámicas inolvidables.

– Macarella y Macareta. Posiblemente Macarella es la cala más conocida de Menorca, al menos su imagen es la habitual en las postales. Está junto a Macarelleta, su hermana pequeña y nudista, situada en la misma bahía y con el mismo agua transparente.

– Turqueta. Una de las favoritas de los viajeros, una cala virgen de aguas turquesas que nada tiene que envidiar al mar Caribe.

– Cala en Porter. Su agua azul, su arena blanca y su geografía, con grandes acantilados a ambos lados, la convierten en una de las más fascinantes de Menorca. Recomendable comer en el increíble Club Menorca, literalmente suspendido sobre las rocas del acantilado. Y se puede ir caminando a uno de los lugares más visitados de la isla: Cova de´n Xoroi. Se trata de una cueva situada en un enorme acantilado que cuenta con diversas terrazas y miradores a distintas alturas.

Cova dén Xoroi

Cova dén Xoroi

Los faros. A pesar de ser una isla pequeña, Menorca tiene hasta cinco faros. El de la isla del Aire, ubicado en un pedazo de tierra al sudeste de la isla; el de Punta Nati; el del cabo de Artrutx, muy cerca de Ciudadela, de gran altura, y que en los días claros ofrece espléndidas vistas de Mallorca; el de Favaritx, muy blanco, dentro del único parque natural de Menorca. Pero el más peculiar, visita obligada y recomendado en todas las guías, es el de Cavallería, en la parte más septentrional de la isla, sobre el cabo de igual nombre, reposando en un acantilado de casi cien metros, con vistas impresionantes sobre otros acantilados vecinos y del islote de los Porros. Al atractivo del espectáculo del entorno natural y de unas inolvidables puestas de sol, se añade la belleza del camino que conduce hasta allí.

Los restaurantes de obligada visita.

– Sa Pedrera d’es Pujol. El número uno de la isla. Tradición payesa, excelentes materias primas locales y una apuesta por el sabor.

– Jágaro. Cuando den un paseo por el famoso puerto de Mahón se encontrarán con un establecimiento que rinde culto a los pescados, arroces, y sobre todo, a su creación exclusiva: la langosta frita al huevo con patatas.

– Es Molí de Foc. El restaurante que borda los arroces. No dejar de probar el de atún y conejo, y la fideuá negra de níscalos, rape y calamar.

Azotea Barceló Hamilton

Azotea Barceló Hamilton

Los mejores hoteles.

– San Ignasi. Es el hotel rural por excelencia de la isla. Semilujo en un entorno idílico. Ocupa una casona restaurada del siglo XVIII en las inmediaciones de Ciudadela. Todas las habitaciones de la planta baja cuentan con jardín privado.

– Barceló Hamilton. Es un hotel solo para adultos, modalidad cada vez más demandada por parejas y Cuenta con una privilegiada ubicación sobre acantilados que dan a la bocana del puerto de Mahón. Desde la terraza inferior, desde muchas de sus habitaciones y especialmente desde su fabulosa azotea, se disfruta de una de las vistas más espectaculares de la entrada a la capital menorquina. El personal de este hotel es realmente servicial y encantador.

– Insotel Punta Prima. Suites de lujo en primera línea de playa. Con un estilo típicamente menorquín, cuenta con 52 espaciosas prestige suites y unas instalaciones cuidadas al detalle.

Las compras. Imposible no llevarse el delicioso queso autóctono de Mahón, las ensaimadas tradicionales (sin relleno o de cabello de ángel) o de sabores novedosos (chocolate, sobrasada, dulce de leche…). Y por supuesto las comodísimas y artesanales abarcas: de piel, bordadas, de fantasía, animal print

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