Dos martillos alcistas en la víspera y subidón de los buenos en Wall Street era un caldo de cultivo apropiado para una subida de los mercados europeos, pero no siempre la dicha es completa. Reaccionaron todos los mercados europeos menos el Ibex, anclado por las dudas sobre el sector financiero (a ver si terminan pronto el culebrón de las Cajas y de las especulaciones sobre los test de estrés) y por las malas previsiones del Banco de España sobre la economía nacional.

En verdad, si el Banco de España dice que no se va a llegar a donde dice el Gobierno es para empezar a preocuparse y si además insiste en que lo del paro va para largo, pues se entiende la reacción de los inversores, que huyen del Ibex para refugiarse en otros lugares más confortables. Y curiosamente, el lugar confortable de hoy ha resultado ser el Dax alemán.

Igual da que el índice germano dé muestras de debilidad porque al final, si al inversor se le pone en el brete, siempre va a elegir al Dax. No tanto por su evolución reciente, sino por las bases que sustentan la economía alemana, de nuevo convertida en locomotora. Luego, coyunturalmente, atravesará por periodos de buena forma bursátil y otros no tan buenos, pero los inversores lo tienen claro y tendremos que aprender a aceptarlo.

Y más si nuestro índice depende de los bancos lo que depende. Es el sector financiero el que está en cuestión ahora mismo, bajo la lupa y si pesa más de la mitad del Ibex, apañados vamos como queramos ir a alguna parte que no sea al desastre. En el extremo contrario, el Dax cuenta con un peso industrial en sus valores que ya quisiera para sí nuestro selectivo. Y se nota. Ahora mismo, la industria no está en cuestión y menos la alemana, así que la elección es fácil.

¿Y el resto? Pues un poco a lo suyo. Quien más y quien menos ha aprovechado el rebufo del índice alemán para hacer un pequeño rallye. Cada cual en su estilo y como ha podido. El CAC, intentando seguir al Dax, aunque sea de lejos , y el Footsie, yendo a lo suyo. Ya lleva unos días por libre y hoy no ha sido menos. Ha subido a su ritmo, sin perder la cabeza y manteniendo la línea de sesiones anteriores. Definitivamente me gusta lo que hace el FTSE británico en los últimos tiempos, aunque ayer dejara una sesión de más a menos muy peligrosa a corto plazo.

Al cierre, el Dax subió un espectacular 1,72%, mientras que el CAC francés hacía lo propio pero en su escala más moderada, hasta el 0,92%, lo que no está nada mal. El FTSE avanzaba más moderadamente y situaba las ganancias en el 0,27% y el Ibex de nuestras penurias, porque vuelve a ser el de las penas, se dejaba un 0,03%. Y no crean que es malo, porque pudo ser bastante peor pero la reacción de último momento dejó las cosas en un lugar en el que cabe la esperanza.