Si en algún momento nos comentasen que en un escenario se habían reunido Jaco Pastorius (bajo), Pat Metheny (guitarra), Michael Brecker (saxo alto) y Don Alias (percusión) para acompañar el concierto de otro artista, nos preguntaríamos que quien es capaz de reunir tanto talento. Y no podría ser otra que Joni Mitchell.

Artista canadiense de nacimiento,  Joni Mitchell no es simplemente una cantautora al uso, es algo más. Como artista ha sido una de las pioneras, desde su tremenda independencia, de la mezcla de estilos, en los cuales el folk, el jazz y el rock tenían cabida y además de una forma raramente natural. Cada disco era una sorpresa en la que Joni fijaba una nueva tendencia, muchas veces a costa de convertirse en una artista poco comercial.

Además ha destacado como pintora (prácticamente es ahora su principal actividad), y sus exposiciones suponen siempre un acontecimiento en los mentideros artísticos de Estados Unidos. Siguiendo las portadas de varios de sus discos se puede apreciar su evolución como pintora.

Este trabajo viene a ser la culminación de su etapa más jazzy, correspondiente a los trabajos «The Hissing of Summer Lawns”, “Mingus”, “Hejira” y “Don Juan´s….” y que comenzó con el ya mítico “Court & Spark” y en su desarrollo nos llama la atención aparte del virtuosismo de los músicos, el “buen rollo” que se nota en escena, en el que claramente se aprecia que se están divirtiendo con lo que interpretan y en ningún momento se percibe el temido choque de egos. Un claro ejemplo lo tenemos en «Amelia» en cuyo final, el dueto entre Pat Metheny y Lyle Mays, nos explica la larga colaboración que han mantenido durante los años y el grado de compenetración que alcanzan estos dos músicos.

Mención aparte merecen los malogrados Jaco Pastorius, cuyo lirismo al bajo nadie ha conseguido superar (hay quien mantiene que ha supuesto al bajo lo que Hendrix a la guitarra) y David Becker que se muestra tremendamente inspirado en todas sus intervenciones.

En resumen, disco que aunque original de 1990, en su versión remasterizada (el sonido no es todo lo bueno que a priori debería ser), se muestra tremendamente actual y por supuesto disco, que hay que tener en cualquier colección que se precie.