En los dos últimos años se ha reducido el número de perceptores de prestaciones por desempleo. Ahora bien, sólo una pequeña parte se debe a la caída del paro registrado. Otra parte, la más numerosa, según un informe de Comisiones Obreras, se debe a los efectos combinados de la larga duración de la crisis con los recortes en el sistema, especialmente en el endurecimiento de los requisitos de acceso a la prestación aprobados en el verano de 2012.

En España, más de tres millones de parados están excluidos del sistema de protección por desempleo, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA); una cifra que se reduce a dos millones atendiendo a los registros de los Servicios Públicos de Empleo (SEPE).

Según CCOO, este “altísimo” nivel de desprotección que genera pobreza y exclusión social, golpea a los sectores más débiles de la sociedad, y aumenta la desigualdad con respecto a los sectores más privilegiados, tal y como afirma el informe ‘Recorte en la protección por desempleo en España’ publicado hoy jueves.

La tasa de cobertura del sistema de protección al desempleo –resultado de dividir el número de beneficiarios entre el número de desempleados– ha bajado más de 21 puntos desde el año 2010; desde casi un 80%, hasta el actual 58,5%.

Esta caída en la protección se produce “mes a mes” y así seguirá si no cambian las normas que regulan el sistema de protección social, según vaticina este informe de la secretaria de Acción Sindical de CCOO.

Un 57% sin protección

Actualmente, 42 de cada 100 desempleados “protegibles” están fuera del sistema; una cifra que sube hasta 45 de cada 100 sobre el total del paro registrado y que se dispara a 57 de cada 100 si tomamos como referencia el paro estimado por la EPA.

Así, en julio de 2015, se contabilizan 530.456 personas menos con protección que en el momento en que empezaron los recortes aprobados por el Partido Popular (PP) en esta materia en julio de 2012, mientras que el número de desempleados “protegibles” permanece casi estancado, apenas se reduce en 52.000 personas.

Otro fenómeno preocupante es el deterioro creciente en la calidad de las ayudas. Y es que cada vez tienen menos peso las prestaciones contributivas, mientras ganan presencia las ayudas asistenciales cuya cuantía es más reducida.

En julio de 2008, año en que alcanzan su máximo valor en la serie, un 67% de los parados con protección recibían una prestación contributiva. Siete años después, en julio de 2015, tan solo un 42% tiene derecho a la prestación contributiva. En cinco años, el peso de las prestaciones de más calidad ha perdido 25 puntos.

Justo lo contrario ocurre con las prestaciones asistenciales, que pasan del 33% en 2008, a más del 59% en 2015, señalan.

Dos causas fundamentales, según CCOO

Para CCOO, las razones fundamentales son dos; en primer lugar, cada vez tiene más presencia el paro de muy larga duración, es decir, más de dos años inscrito en el SEPE, un plazo a partir del cual se agotan las ayudas contributivas y se empieza a cobrar las asistenciales.

Pero además el sindicato critica que la “precariedad creciente” del mercado de trabajo impide el acceso al segmento contributivo a un número cada vez más elevado de desempleados, debido a la rotación continua (con contratos de corta duración).

Las dificultades para acceder a una prestación suficiente tienen también su reflejo económico. Desde 2008, el gasto por beneficiario no ha dejado de caer, pasando de 1.000 euros ese año, hasta 771 en 2015.

Así la reducción en la cuantía de las contributivas y el aumento del peso de las asistenciales —se sitúan entorno a los 426 euros— son las razones por las que baja el gasto por persona desempleada, concluyen.

El sistema de protección al desempleo es muy débil en nuestro país en general, pero especialmente en las mujeres; todas las variables que lo definen están muy por debajo de los valores de los hombres, empezando por la fundamental que es la tasa de cobertura.

Finalmente, CCOO sostiene que es “falso” el discurso del Gobierno de que se gasta menos porque baja el paro. Las razones fundamentales son, por el contrario, la caída en la tasa de cobertura y en la cuantía de la prestación, concluyen.