Con la vista puesta en el examen de los resultados de los nueves primeros meses de este año que se anunciarán este viernes 6 de noviembre, los analistas son en principio positivos sobre los nuevos datos de Telefónica. Si bien, el balance se va a conocer cuando todavía no se han despejado las dudas sobre la posición de las autoridades de Bruselas sobre la venta de su filial británica O2 a Hutchison Whampoa por 10.250 millones de dólares.

Un factor que beneficia al grupo que preside César Alierta son los referidos a su filial Telefónica Deutschland, la mayor operadora de móviles del país, que ha obtenido hasta septiembre un beneficio bruto operativo bruto de 1.285 millones de euros, lo que supone un alza del 16,1 % respecto al mismo periodo del año precedente. Esta evolución refleja la integración de E-Plus. Además la facturación aumentó entre enero y septiembre un 0,9 %, hasta 5.830 millones de euros.

El objetivo de la compañía para 2016 es avanzar en la integración de E-Plus y en la transformación tecnológica. Y su presidente, Thorsten Dirks, ha anunciado que propondrá a la junta el reparto de un dividendo con cargo a 2015 de 0,24 euros por título. Esto supone que la matriz, que tiene el 62,5% de las acciones, recibirá del orden de los 450 millones de euros.

Respecto al posible veto a la venta de O2 y a condiciones inasumibles, los analistas barajan diversas posibilidades, ya que otros operadores internacionales podrían estar interesados en la operación. Si bien, parece que en ese escenario el pago de dividendos en metálico correría riesgos elevados.