Sacyr ha registrado un impacto negativo de 373 millones de euros en sus cuentas de los nuevos primeros meses del año, derivado del ajuste a valor razonable que ha realizado en la participación del 8,73% que tiene como segundo accionista de Repsol.
En virtud de este ajuste, el grupo que preside Manuel Manrique registra su inversión en la petrolera a 17,5 euros por acción, un precio tres euros inferior respecto al que la contabilizaba hasta ahora, pero que aún está un 55% por encima del actual valor de mercado de la petrolera (11,230 euros).
Sacyr detalló que en el ‘test de valoración’ realizado a su participación en Repsol «a 30 de septiembre» ha tenido en cuenta el plan estratégico que acaba de presentar la compañía presidida por Antonio Brufau.
El ajuste en Repsol es uno de los tres impactos negativos que Sacyr contabiliza en sus cuentas de los nueve primeros meses del año. El grupo también resta 185 millones de un crédito fiscal asociado a Testa, la filial de patrimonio vendida a Merlín, y además realiza provisiones de 130 millones «atendiendo a un criterio de prudencia ante el posible deterioro de activos».
No obstante, las plusvalías logradas con la referida venta de Testa permiten a Sacyr amortiguar estos impactos negativos y cerrar septiembre con un beneficio neto de 532 millones que multiplica por más de seis (+540%) el del año anterior.
En caso de descontar todos estos efectos, tanto los positivos como los negativos, el resultado del grupo se situaría en 75 millones de euros, un 9,6% menos que el pasado ejercicio.
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