No es porque el pasado viernes lo advirtiera, pero para una vez que el mercado me da la razón tendré que regodearme un poco. El Dow Jones de industriales ha completado la señal alcista en una sesión cutre y mínimamente por encima de los 12.400 puntos al cierre (exactamente tres centésimas más). Lo ha hecho cuando menos se esperaba, con un mercado americano moviéndose en un rango mínimo y casi toda la sesión a la baja a la espera de lo que Bernanke diga tras el cierre.

Para colmo de males, llegaron las noticias sobre un próximo acuerdo entre republicanos y demócratas para un extraordinario recorte presupuestario que más de uno interpretó como el fin de la «barra libre» de liquidez que está llevando al mercado hacia arriba en volandas y surgió la indecisión. Pero el Dow estaba por la labor y era el único de los tres índcies principales que se resistía a entrar en pérdidas, frente a un Nasdaq Composite absolutamente decidido a derrumbarse si le dejaban. Pero no le dejaron y al final salvó los muebles.

Son muchos los que suponen que esta semana será la de la corrección porque el sprint de los mercados ha sido de consideración y llegadoa a estos niveles hay que hacer un parón, pero tras el cierre del Dow por encima de los 12.400 puntos es posible que todo el parón lo hayamos visto hoy. No me hagan demasiado caso, que me he vuelto un alcista redomado, pero si Bernanke no dice ninguna barbaridad  (y últimamente está de lo más optimista) lo lógico es que mañana toque subir de nuevo y que se retrase la verdadera corrección al momento en el que el S&P 500 llegue a su zona de máximos anuales, para lo que le faltan poco más de 10 puntos. Claro que fiarse de la lógica en el mercado es como darle una metralleta cargada a un mono.

En fin, que al cierre el Dow marcaba una sorprendente subida del 0,19% cuando solo una hora y media antes del cierre hubiera firmado terminar en tablas. El S&P 500 también logró cerrar en positivo, por apenas un 0,04%, mientras el Nasdaq Composite se dejaba al final sólo un 0,02%.