El líder de la poderosa federación del metal y la construcción de UGT, Carlos Romero, se ha decantado hoy por la “capacidad de liderazgo” de Josep María Álvarez, el líder del sindicato en Cataluña, para suceder al actual secretario general de UGT, Cándido Méndez, que se retira en marzo tras 21 años al frente de la central.

Tras ser preguntado acerca de cuál podría ser el sustituto de Méndez tras el próximo congreso en el mes de marzo, Romero ha señalado que actualmente “se barajan, al menos, dos candidatos”, y ha mostrado su preferencia por Álvarez, frente al otro posible candidato, Miguel Ángel Cilleros, el actual secretario general de la federación de servicios para la movilidad y el consumo (SMC-UGT).

Para Romero, Josep María Álvarez cuenta con el “perfil necesario para asumir el riesgo y las exigencias del nuevo liderazgo”, dado que se enfrentará, en primer lugar, al reto de adelgazar el sindicato, reduciendo a la mitad las federaciones sectoriales (de seis a tres) para “reducir las cabezas y dedicar más recursos al contacto directo con los trabajadores”.

Méndez: Ahora no toca

Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, trató de zanjar el miércoles esta cuestión con el argumento de que en estos momentos no toca hablar de quién le sucederá al frente del sindicato, sino de un debate mucho más importante para la organización: el cambio de su modelo organizativo.

Méndez ha subrayado que la reestructuración de UGT “trasciende” la dimensión personal y es, en el momento actual, lo que debe ocupar la atención de todos los dirigentes y estructuras del sindicato.

Por lo menos hasta la celebración del comité confederal de la organización, que tendrá lugar la próxima semana y en el que se debería aprobar la reorganización sectorial del sindicato en torno a tres grandes federaciones, muy vinculadas a los centros de trabajo.

“No vamos a una fusión de federaciones. Vamos a una nueva organización que se va a articular en torno a tres grandes federaciones, que a su vez estarán fuertemente sectorializadas, es decir, muy vinculadas a la base del sindicato, que son los centros de trabajo. En eso tenemos centrada de manera exclusiva la atención”, ha explicado.

La idea, ha precisado, es estructurar la organización de una manera distinta para adaptarla “a los tiempos que corren”. Esto, junto al Código Ético de UGT y la elección de la comisión que debe velar por el cumplimiento del mismo y en la que estarán personas ajenas al sindicato, son los debates más trascendentales que, a su juicio, afronta actualmente la organización sindical.

Por otro lado, Cilleros, el otro nombre que suena para la sucesión, ha declarado que aún no ha tomado la decisión de presentarse, pero se ha dado un plazo de hasta dos semanas para zanjar la cuestión.