El acto central del Primero de Mayo se celebrará fuera de Madrid a partir de este año. Es la primera vez que ocurre desde que se instauró la democracia en España y según ha podido saber diarioabierto.es en esta primera “salida” se celebrará en Valencia.

Casi se había convertido en algo natural. Decir Primero de Mayo y los líderes sindicales de CC.OO. y UGT desde que celebran de forma conjunta el Día del Trabajo apuntaban en su agenda, Madrid, a partir de las once de la mañana en la Plaza de Neptuno o de Cibeles. Inexorablemente, hiciera frío o calor, siempre hay reivindicaciones por las que echarse a la calle ese día.

El problema era la afluencia, porque en Madrid, el día de la Comunidad se celebra justo un día después del Primero de Mayo y se convierte en un “puente” muy apetitoso como para quedarse en la ciudad para ir desde la plaza de Atocha hasta la Puerta del Sol, por muy ambiente festivo y muchos actos divertidos que se convocaran después en la Casa de Campo.

Se llevaba tiempo planteando este cambio y, por fin, en 2011 se dará el salto. Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez encabezarán la manifestación de Valencia y darán sus discursos en Valencia, el feudo de la alcaldesa Rita Barberá y el presidente Francisco Camps. Es decir, del PP, y a veintiún días de las elecciones autonómicas y locales de la región. ¿Será casualidad?

Habrá que ver si en esta ocasión, como venía siendo habitual en Madrid, acudirán al acto central del Primero de Mayo algún ministro, además de diputados y representantes de las formaciones políticas de izquierda en el Congreso de los Diputados.

Al parecer la idea es que cada año se celebre en una ciudad distinta, dejando Madrid de ser el referente del acto central, ya que manifestaciones hay en toda España. Con ello, los sindicatos podrían estar intentando volver a recuperar el espíritu reivindicativo del Primero de Mayor, que con el transcurso del tiempo ha quedado deslucido en Madrid por causa del puente que supone dos días festivos seguidos.

Solo en momentos de lo que ellos consideraban graves “agresiones” como la reforma laboral que intento imponer José María Aznar, coincidiendo con la presidencia española, que al final desembocó en una huelga general (en junio), aquel Primero de Mayo de 2002, los sindicatos movilizaron a sus militantes para que se viera ese descontento en el Día del Trabajo y el rechazo a dicha reforma.

La reforma de Zapatero se realizó en junio de 2010, cuando ya había pasado el Primero de Mayo, por lo que además de la asistencia cada vez más reducida, pese a los más de 4,5 millones de parados registrados, las principales protestas se centraron en el elevado número de expedientes de regulación de empleo, también hubo consignas contra el sistema financiero y la crisis internacional.

Aunque son movilizaciones muy diferentes, lo mismo ha ocurrido con la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, que siempre se realizaba en Madrid, hasta que de repente se decidió celebrarlo cada año en una ciudad diferente, y los ciudadanos ese día se vuelcan y salen a las calles para disfrutar del desfile.

No es mala idea que en celebraciones tan singulares como es el Día del Trabajo, los líderes sindicales se prodiguen por toda la geografía. Además, de los líderes locales, está bien que los trabajadores de cada región comprueben que también importan a los secretarios generales confederales y que Méndez y Toxo, como lo hacen habitualmente cuando surge algún problema en alguna región o empresa, también quieran compartir con ellos un día festivo y no se queden en Madrid.