El proceso de negociaciones entre la dirección de Abengoa con los bancos acreedores y los tenedores de bonos no ha hecho más que empezar y todavía no se conoce con exactitud la situación financiera del grupo de tecnología y energías renovables. El endeudamiento total, según datos que aún no están ratificados, supera los 20.000 millones de euros, pero la cifra podría ser más elevada. Y con KPMG como mediador en las conversaciones, esta crisis se parece más, en la medida que avanza, a la protagonizada por Pescanova.

La maraña de bancos implicados de diversos países y el diferentes tipo de endeudamiento -parte relacionado con filiales y proyectos- dificulta una clara visibilidad respecto al pasivo, pero la creación del (steering committee), formado por Santander, Bankia, CaixaBank, Popular y Sabadell, además de HSBC y Crédit Agricole, tiene como primera misión su cuantificación y reparto. Cuenta además con los informes que KPMG lleva realizando con anterioridad.

En este contexto, los acreedores se enfrentan al dilema de tener que aportar liquidez a la compañía para que no se colapse, sin tener del todo cerradas las conclusiones respecto a las obligaciones financieras que tiene contraídas y la totalidad de los vencimientos por años. Medios consultados indican que las negociaciones sólo se puede decir que se han iniciado por lo que no se ha tomado decisión alguna, pero que, una vez esté más perfilada la situación real de la tecnológica, se aportaría liquidez para evitar la caída de la compañía en los mercados internacionales en los que todavía gana concursos.

Y en esta misma línea otro argumento es que, si bien es difícil alcanzar un acuerdo en cuatro meses, con lo cual Abengoa entraría en concurso, es necesario avanzar en estos meses en la redacción de un posible convenio de acreedores que evite la liquidación.