Como en reuniones previas, si bien la de este miércoles 9 de diciembre (que podría posponerse o alargarse al jueves 10 de diciembre se decanta como más trascendental, la dirección de Abengoa trasladará al steering committee de la banca -formado por (Santander, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, HSBC y Crédit Agricole).la delicada situación de liquidez por la que atraviesa, que le impide cumplir sus compromisos con la plantilla y los proveedores, además de los financieros.
Aunque la banca acreedora es consciente de la crisis de la empresa tecnológica y energética, el objetivo del encuentro es avanzar, aunque sea un acuerdo muy condicionado, para evitar un mayor deterioro de la imagen del grupo sevillano. Y para evitar esa posible evolución se negocia la refinanciación de la deuda, pacto que no sólo alcanzará al menos a medio plazo, y la aportación de liquidez que se demanda para las próximas semanas.
Como en procesos similares, la banca se debate entre evitar que se agraven los problemas de la compañía y elevar su exposición, por lo que la cuestión de la cantidad de la posible aportación es vital -podría no superar los 300 millones de euros-. Entre las medidas que se barajan está la capitalización de parte de la deuda, aunque esta operación requerirá informes que se están ultimando, como el de KPMG que asesora a la banca.
En medios próximos a la mesa de negociación se duda que Abengoa pueda lograr un acuerdo entes de cuatros meses por lo que entraría en concurso de acreedores, pero también que es muy probable que la banca acabe controlando el capital de la tecnológica.
En este contexto, se ha activado el proceso de protección de los inversores que tenían suscritos seguros contra impagos de deuda de Abengoa, que podrán empezar a reclamar estas hasta un total de 700 millones de dólares (650 millones de euros).
Esta posibilidad ha sido decidida por el Comité de Determinaciones de la ISDA, (Asociación Internacional de Derivados y Swaps en sus siglas en inglés), que tenia que decidir si el preconcurso de acreedores podía considerarse un acto que activase los derivados de la compañía asociados a su deuda, los llamados CDS, es decir las fianzas para cubrir un riesgo para los inversores.
La deuda de Abengoa por este instrumento financiero (contrato similar a una fianza en la que una parte compra un seguro frente a un riesgo crediticio a cambio de pagar derivados de su deuda) está cifrada en 700 millones de dólares (unos 650 millones de euros).
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