En materia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), las empresas del Ibex 35 apenas ofrecen información relevante. En este sector, y a pesar de operar en sectores de especial importancia, las firmas del selectivo español fallan desde el punto de partida. No identifican quiénes son sus grupos de interés. Tampoco informan del impacto de su actividad. Y no muestran el menor asomo de autocrítica, según concluye un informe de Comisiones Obreras (CCOO).

Tras analizar las memorias presentadas por las compañías en 2013, las conclusiones del estudio afirman que la “mayor parte” de las empresas pertenecientes al Ibex 35 “no aportan información completa”. Una carencia especialmente “grave” teniendo en cuenta que estas empresas ofrecen sus en áreas de interés público, en ocasiones en régimen de oligopolio, afirman.

En este sentido, las memorias de las compañías carecen de datos sobre cómo se gestionan los distintos aspectos de la RSC de forma integrada, añaden. “Es inusual”, concluyen.

Grupos de interés

En relación a los grupos con que se relacionan estas empresas, el informe pone de relieve que en “pocos” casos se muestran evidencias de que se haya realizado una identificación exhaustiva de sus grupos de interés.

Las empresas persisten en la mención de grandes bloques de grupos de interés (empleados, accionistas, proveedores, clientes, sociedad, etc.), tratándolas como grupos teóricos y homogéneos, obviando la enorme diversidad que existe en cada uno de estos grupos.

“No es más que un ejercicio intelectual que desconoce la realidad de miles de personas que por todo el mundo se ven afectadas por la actividad de las empresas”, destacan las conclusiones del informe, un documento de 225 páginas.

“Es muy cuestionable la eficacia de cualquier estrategia de RSC que no pase por una adecuada identificación de sus grupos de interés”, recuerdan.

Sostenibilidad

En materia de medio ambiente, las memorias de las empresas del Ibex 35 apenas hacen ningún esfuerzo. Y cuando lo hacen la información sobre el desempeño “no aporta datos suficientes” para conocer cómo la actividad de la empresa está afectando a los distintos lugares dónde estas empresas operan, critica el estudio.

“Se echa en falta que las empresas profundicen en los contextos de sostenibilidad en los que operan e informen sobre cómo sus actuaciones e impacto”, sentencian

Información no veraz

En materia de aspectos sociales y medioambientales, las empresas carecen de sistemas de gestión integrados que les permitan generar datos fiables y homogéneos de cada una de sus operaciones, agregan.

En el aspecto social y medioambiental, la información “no tiene” el carácter oficial que conlleva la información contable. Por este motivo, la responsabilidad asociada a la veracidad de esta información es “escasa”, subrayan los autores del informe.

Tampoco se libra la comunicación de los varapalos del informe de CCOO. En esta materia, la información por las grandes compañías cotizadas está muy lejos de cumplir con los requisitos de un enfoque de rendición de cuentas para los grupos de interés, especifican.

Ausencia de autocrítica

Por el contrario, la política comunicativa de las empresas pretende únicamente trasladar una imagen positiva, evitando en todo momento el reconocimiento de errores, resultados negativos atribuibles a la gestión de la compañía, o dificultades para el cumplimiento de lo planificado, detallan.

Un desequilibrio “especialmente notable” en las empresas de servicios financieros, que parecen obviar el contexto de crisis y de corrupción en la que se está demostrando han sido actores fundamentales, subrayan.