Con un escenario difícil y complejo para las petroleras y para los países exportadores de hidrocarburos, empeorado tras la última cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Repsol avanza en el desarrollo de su plan estratégico, que oficialmente se inicia en 2016 y estará vigente hasta 2020. Y lo hace con el crudo, de todas las categorías y referencias, con tendencia a la baja, cotizando con una elevada volatilidad, y con precios actuales entre los 38 a 45 dólares el barril.
El plan de la empresa, que cuenta con dos escenarios, prevé en el más desfavorable una cotización en 50 dólares de barriles constantes para el Brent (crudo de referencia en Europa) para el conjunto del periodo, y de 65 dólares en el llamado ‘escenario base’ para 2016.
El desacuerdo de la OPEP y la estrategia seguida por los países exportadores que no son miembros de esa organización (Rusia, Brasil, México, entre otros), basada en la negativa a reducir producción si el cártel no se mueve en la misma dirección, hacen pronosticar un mercado igual de volátil que el actual en los próximos meses. En las últimas semanas, el West Texas Intermediate (WTI) ha sufrido un nuevo declive que le ha llevado a los 37 dólares, el precio más bajo desde principio de 2009.
Con el panorama actual al que se puede sumar la irrupción al 100% de Irán en un mercado ya saturado con 97 millones barriles cada día y la posibilidad que Estados Unidos avance en la conversión de un país claramente exportador, los expertos no prevén que el petróleo ascienda en los próximos meses, pero sí que vaya recuperando lo 50 a 55 dólares en la medida que impacte en el suministro la caída de inversiones y la paralización de proyectos.,
Mientras, la petrolera española, que ya ha cumplido la meta de desinversión marcado por la compra de la canadiense Talisman, sigue con la venta y rotación de activos en línea con los nuevos objetivos fijados en el plan, y también con operaciones destinadas a mejorar su estructura financiera.
El viernes 11 deciembre el grupo que dirige Josu Jon Imaz anunció un acuerdo de intercambio de activos con Statoil. Y que supone la venta a la noruega de una participación de un 13% en el campo de petróleo Eagle Ford (Estados Unidos), al tiempo que le ha comprado un 15% en el campo Gudrun (Noruega). Las dos transacciones están valoradas en un importe similar, por lo que tendrán «un efecto neutral en la cuenta de resultados de 2015 para Repsol».
En esta línea la compañía señala que la operación «incrementa el flujo de caja positivo en 500 millones de euros en el periodo 2015-2017, reduce sus necesidades de inversión y genera mayores sinergias y eficiencias».
Está siendo una transacción bien valorada por los analistas y bancos de inversión. Según Crédit Suisse, el pacto es una buena noticia para Repsol, con un previsible positivo impacto, opinión compartida con Goldman Sachs, que añade la influencia en la deuda y en las obligaciones de inversión.
Para Beka se trata un pacto que «valoramos positivamente puesto que pone de manifiesto una de las ventajas que la compra de Talisman ha aportado al grupo». «Desde que anunciara el plan estratégico en octubre el grupo está siendo capaz de anunciar al mercado mejoras tanto operativas como financieras que le posicionan mejor de cara a la próxima reunión con las agencias de rating donde esperamos que el cometido de emitir híbridos», añade.
RBC también destaca que disminuye la necesidad de capex, y N+1 señala que reduce la obligaciones de inversión en upstream (exploración y producción), un aspecto que adquiere más relevancia tras la compra de Talisman.
Otra operación cerrada, a través de su filial Talisman Energy, ha sido la recompra de 1.525 millones de dólares (1.386 millones de euros) de valor nominal en bonos procedentes de la propia Talisman. La operación, que corresponde a bonos de emisiones con vencimientos en 2027, 2035, 2037, 2038 y 2042, se ha hecho con un descuento del 14,5%.
Como complemento de esta operación, en la que Repsol ha utilizado parte de su liquidez, la compañía ha lanzado hoy una nueva emisión de 600 millones de euros en bonos a cinco años (con vencimiento en diciembre de 2020) a un tipo de interés nominal del 2,125%. Los tipos de interés nominales de las emisiones eran de 7,25%, 5,75%, 5,85%, 6,25% y 5,5%.
La cancelación de los bonos Talisman tendrá un efecto positivo, antes de impuestos, superior a los 220 millones de dólares (200 millones de euros) en los resultados de Repsol en 2015, como consecuencia de la diferencia entre el menor valor de la compra y el valor en libros de dichos bonos. Adicionalmente, Repsol obtendrá unos ahorros antes de impuestos de 65 millones de dólares (59 millones de euros) anuales por el menor pago de intereses.
El valor actual neto generado con esta operación, por tanto, supera los 900 millones de euros (1.000 millones de dólares), en base a los ahorros producidos por la desaparición del pago de los intereses a liquidar durante la vida de los bonos y del valor capturado por la recompra.
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