El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha confirmado que el rescate de Portugal costará alrededor de 80.000 millones de euros y cubrirá un periodo de tres años.
La asistencia financiera y el plan de ajuste que Lisboa deberá aplicar a cambio de la ayuda se empezarán a negociar «de inmediato» y se aprobarán a mediados de mayo, según han acordado los ministros de Economía de la UE en la reunión informal que celebran a las afueras de Budapest.
Los Veintisiete exigen que el plan de ajuste incluya un «ambicioso programa de privatizaciones» como parte del ajuste fiscal, así como reformas estructurales y medidas para estabilizar el sector financiero. El plan se negociará con el Gobierno en funciones y los principales partidos políticos para que se aplique gane quien gane los comicios del 5 de junio.
El plan deberá basarse en «tres pilares»: medidas de ajuste fiscal, reformas estructurales que eliminen «rigideces» en el mercado laboral y en el de productos, y «medidas para mantener la liquidez y la solvencia» del sector financiero, según ha explicado el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
Las medidas de austeridad que el parlamento portugués tumbó el 23 de marzo -lo que provocó la dimisión del primer ministro, José Sócrates- serán el «punto de partida» para negociar el nuevo plan de ajuste, ha dicho Juncker. El ministro de finanzas finlandés, Hyrki Katainen, ha ido más allá y ha dicho que «el plan debe ser más duro y más completo que el que el parlamento rechazó» porque «de lo contrario no tiene sentido avalar el crédito de nadie».
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha resaltado que es «esencial» que el plan incluya un «ajuste fiscal ambicioso» y «reformas estructurales para aumentar el potencial de crecimiento de Portugal y corregir desequilibrios».
El plan lo negociará la Comisión, el Banco Central Europeo, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el Gobierno en funciones y los principales partidos políticos para que se aplique gane quien gane los comicios del 5 de junio. «Pedimos a todos los partidos políticos en Portugal que concluyan rápidamente un acuerdo sobre el programa de ajuste y formen un nuevo Gobierno tras las elecciones que pueda adoptar y aplicar las medidas pactadas», ha dicho Juncker.
También el ministro portugués de Finanzas, Fernando Teixeira Dos Santos, ha dicho que en las negociaciones sobre el plan de ajuste «tiene que haber una implicación y un compromiso fuerte no sólo del Gobierno sino también de las demás fuerzas políticas».
«Las fuerzas políticas tienen que estar implicadas porque, más que un compromiso de Gobierno, lo que es esencial es un compromiso de país en cuanto al rumbo a seguir. Sobre la base de ese compromiso las autoridades europeas estarán en condiciones de conceder la asistencia financiera que se les ha solicitado», ha señalado.
Una vez que se alcance un acuerdo sobre el plan de ajuste entre la UE y los partidos políticos portugueses, deberá ser aprobado por los ministros de Economía de la eurozona y de la UE, probablemente en su reunión del 16 de mayo. En ese momento se aprobará también el rescate de 80.000 millones. El fondo de rescate necesitará 10 días más para obtener el dinero en los mercados.
«Confiamos en que Portugal pueda gestionar sus necesidades de financiación en abril y mayo, mientras que junio será un reto mayor. Por ello este calendario es plenamente suficiente», ha explicado Rehn. En junio, Lisboa tiene necesidades de financiación de alrededor de 7.000 millones de euros.
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