Grandes petroleras como Exxon o Total elevarán cuota de mercado ante la crisis del sector

17/01/2016

Tania Juanes. La composición del sector petrolero mundial no será la misma a medio plazo por la debacle que afecta al mercado. Mientras, Repsol todavía puede mostrar aún la validez de la compra de Talisman. El precio del petróleo Brent cae a mínimos desde noviembre de 2003

La intensidad del desplome de los precios del petróleo en un largo periodo -que ya supera los 18 meses- marca récords que no sólo están volviendo del revés a las empresas directamente relacionadas con esta actividad. El petróleo barato ha dejado de ser un factor positivo para la economía mundial como elemento deflactor y de recorte de costes de la industria manufacturera, así por su efecto en las arcas de los países netamente importadores de hidrocarburos.
Ahora esa trayectoria se ha convertido en una de las principales incertidumbres financieras mundiales, hundiendo economías de países como Brasil, Rusia o Venezuela, e incluso, poniendo en peligro la de Arabia y sus aliados dentro de la OPEP. Mientras, el desplome que se acumula -con el Brent por debajo de los 30 dólares el barril – tiene efecto en Bolsa y en las cuentas de resultados, y no sólo de las petroleras, también en las empresas que invierten en infraestructuras -energéticas o no-, y en cualquier compañía con intereses en los hasta ahora los países emergentes considerados las locomotoras de la economía mundial.
En este contexto, en las últimos meses, y más en estas semanas, han proliferado informes de diversas entidades especializadas que auguran que el crudo bajará a los 20 e incluso los 10 dólares el barril, cuestionando así el futuro de las empresas del sector. Y si bien el efecto en las cotizaciones de esta combinación de factores ha castigado a las petroleras en 2016, tampoco las caídas has sido en algunos casos mayores que las vividas por los índices en los que cotizan.
Mientras algunas entidades destacan que los precios girarán en la medida que se noten los efectos de los recortes de las inversiones en proyectos de producción y exploración de hidrocarburos, Citi se une a estas matizaciones, al considerar que el sector no puede ser considerado incapaz de reaccionar ante los retos de las políticas energéticas o al empeño de Arabia de expulsar del mercado tecnologías como el fracking, en base a mantener sus cuotas de mercado con una elevada su producción que se puede permitir por sus bajos costes de extracción.
Con un panorama que empezaría a cambiar a largo de 2016, las empresas mejor posicionadas, y que además ya están tenido mejor comportamiento en Bolsa, como las estadounidenses Exxon o la francesa Total contarían con más posibilidades para mejorar su cuota de mercado por el saneamiento de su balance y la eventual revalorización de sus activos. Chevron podría estar en este colectivo. Las petroleras además se afanarán en centrarse más en el gas, consumo que no se cuestiona, que en el petróleo.
Y Repsol, pese a que ha realizado la adquisición de Talisman en una etapa de precios bajistas, puede aún demostrar la validez de la opción, en la medida que se rentabilice su acceso a tecnologías como el shale, como áreas geográficas de norteamérica.
Por su parte, Goldman Sachs, que ha apostado en el futuro reciente por una caída del crudo hasta 20 dólares, prevé un próximo suelo en esta debacle, mientras que el citado recorte no es ahora su principal escenario. Para BNP Paribas, el crudo podría moverse  entre los 30 a 40 dólares en 2016.

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