Diana Burillo, fundadora de HandMade Beauty

Manicuras, pedicuras, tratamientos faciales, reflexología podal, cejas, maquillaje… Imagine un centro donde todos estos tratamientos se lleven a cabo con productos orgánicos. Eso es lo que buscaba su creadora, Diana Burillo, cuando se percató de que no existía lo que iba buscando como usuaria, así que lo creó. Ese es el germen de su idea emprendedora, HandMade Beauty, que ya cuenta con dos centros en Madrid: “Vimos que había una falta de oferta de centros y productos de belleza orgánicos y naturales verdaderos. Existía la necesidad por parte de muchas personas que, por ser conscientes de esta filosofía de vida o por alguna necesidad concreta, no encontraban esto”, dice Burillo. La empresa se fundó a mediados de 2012 pero no fue hasta septiembre de ese año que el primer establecimiento abrió sus puertas: ésta no era la primera experiencia emprendedora de Burillo sino que ya había iniciado otros dos negocios antes.

¿Los principales problemas que se encontró a la hora de ponerlo en marcha? “Desarrollar un buen plan de negocios que ofreciera innovación sin perder de vista la realidad; contar con el capital necesario para iniciar el proyecto y hacer una buena previsión del mismo; desarrollar un buen plan de marketing y sobre todo, encontrar la localización idónea para nuestra idea de negocio”, comenta Burillo.

En sus centros existen todo tipo de tratamientos para manos y uñas, tratamientos para embarazadas, tratamientos bronceadores con caña de azúcar, etc. Ninguno de los productos que utilizan ha sido testado en animales y todos son aptos para intolerantes al gluten, por ejemplo.

Sus productos pueden comprarse en los centros y también, a través de la tienda online. “También distribuimos a otros centros, hoteles y spas. En la medida de lo posible intentamos asociarnos con empresas que elaboren sus productos de una forma más artesanal”, explica. ¿Su producto estrella? Sin duda, los esmaltes de uñas: “Pero ahora hemos ampliado nuestra línea a cuidado personal, exfoliantes y balms “all in one”, especifica.

La firma está vendiendo en Suecia, Alemania, México y están empezando en Usa. La facturación en el extranjero representa el 60%: “En España falta mucho por educar respecto a este tipo de cosmética y estilo de vida, aunque la gente cada vez tiene más conciencia”, dice Burillo. Ojo: todos sus productos están fabricados en nuestro país, por empresas españolas, algo que forma parte de su filosofía, basada en el comercio local. La materia prima también es nacional, salvo algún principio activo que no sea originario de la Península. Entre sus clientes, sobre todo, personas concienciadas con esta filosofía de vida, veganos, otros con problemas de alergias o de piel, etc.

Entre sus próximos proyectos está el franquiciar los centros, crecer en otros mercados e innovar con otros productos de belleza.