SI bien las negociaciones con los acreedores bancarios, que están representados por un comité formado por Santander, Sabadell, Bankia, CaixaBank, Popular, HSBC y Crédit Agricole y que suman deuda por 5.300 millones está aún lejos del acuerdo, la empresa tecnológica espera acercar posiciones antes de mediados de marzo. Un pacto que le evitaria el pase al concurso de acreedores desde el preconcurso actual en el que está inmersa

Abengoa ha diseñado un plan de viabilidad, que se presentará de forma oficial el próximo lunes 25 de enero, que supone la conversión de deuda en capital -aspecto asumido por parte de la banca-, pero que también incluye una quita en la deuda de cercana al 60% del total, aspecto no compartido por los acreedores. Estos se niegan a aceptar que su exposición a la empresa se amplíe por el conjunto de los dos factores.

Con todo, el porcentaje que al final de recorte de reducción de deuda que se presente depende de otros aspectos, como los ingresos que obtendrá el grupo por la venta de activos (que podrían ascender a 1.200 millones de euros) y por el porcentaje, por tanto, de deuda que se convertiría en capital. Pero también en las desinversiones se mantienen las divergencias entre los agentes afectados respecto a la posible venta de la participación en su filial tecnológica de Estados Unidos.

De no aplicarse una quita significativa, los bancos que aceptan la conversión de deuda en capital, con Santander a la cabeza, se convertirían en los principales accionistas de la nueva Abengoa, seguidos por los bonistas. Mientras, los actuales accionistas minoritarios y la familia Benjumea, perderían casi la totalidad de sus posiciones