El estudio «La empresa familiar en España (2015)», elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y la Red de Cátedras de la Empresa Familiar con la colaboración del Santander, muestra que estas compañías generan más empleos por millón de euros de facturación que antes de la crisis, ampliando su distancia con el resto. Este dato confirma, según el presidente de IEF, Javier Moll, que se trata de un «capitalismo con rostro humano«.

Pese a que el estudio no incorpora a los autónomos ni a otras figuras societarias distintas de la SA y de la SL, las 1,1 millones de empresas familiares suponen el 90% del total, generan el 57,1% del valor añadido bruto (VAB), lo que supone 262.000 millones de euros, y el 67% del empleo, que se traduce en 10 millones de puestos de trabajo directos. Esto implica que las empresas familiares aportan el doble de empleos que las que no lo son.

Las empresas familiares tienen un peso del 88% entre todas las existentes en España,. que llega hasta el 94,3% en Castilla La Mancha, 92,5% en Región de Murcia, 92,4% en Galicia, 92,1% en Cantabria y 91,9% en Andalucía.

Un dato llama la atención. Es cierto que la mortalidad de las empresas familiares durante la crisis es superior a las que no lo son: 18,3% frente a 6,6%. Esto significa que el 92% de las empresas que han desaparecido en España durante la crisis son familiares. Pero también lo es el «enorme esfuerzo» para mantener estos proyectos empresariales por parte de sus propietarios cuando éstos son una familia. El informe del IEF refleja que el umbral de nivel de productividad, por debajo del cual las empresas no familiares han cesado su actividad, ha sido el 40% inferior a de las compañías en manos de familias. Esto significa que las empresas familiares sobreviven pese a ser menos productivas.

Pero el dato más importante es que la empresa familiar ha mantenido el empleo. En 2007 (antes de la crisis) tenía 4,7 empleados por cada millón de euros facturado, y en 2013 (último dato disponible) estaba en 5,1. En el mismo período, la empresa ‘normal’ ha bajado de 3,1 a 3 trabajadores.

La rentabilidad de las empresas familiares ha sufrido con la crisis más que el resto. En 2007 era el 6,3%, y en 2013 se situó en el -0,5%. La no familiar ha pasado del 5,5% al -0,4%. Pero el estudio de la IEF demuestra que las empresas familiares con más de 50 trabajadores son capaces de obtener rentabilidades superiores a las que no lo son.

Quizás el dato más revelador es que las empresas familiares están mucho menos endeudadas, con una diferencia de 20 puntos respecto al resto. Esto se explica por la financiación con recursos propios que caracteriza a este tipo de compañías.

Esto determina que la longevidad de una empresa familiar está en los 33 años, prácticamente el triple que en el resto,12 años.

Más mujeres, menos protocolos

El 46,4% de las empresas familiares ya no están en manos de los fundadores, y el 9,2% está ya en la tercera o posterior generación. Las familias controlan el 100% del capital en el 85,5% de las empresas.

Otro dato es llamativo: el 72,3% de las empresas familiares cuentan con al menos una mujer en su equipo directivo, frente al 32,4% en el resto. El 26,8% de los consejeros son mujeres, y el 71,8% de los consejos cuentan con al menos una de ellas. Y el 34,7% de estas empresas cumplen con la norma de una participación femenina del 40% en los consejos (26,3% en el resto).

Pero no todo el monte es orégano., El 68% de las empresas familiares carecen de planes para la sucesión. Y solamente el 9% cuentan con un protocolo familiar formalizado por escrito. El 51,3% desconocen el marco fiscal específico de las empresas familiares.

El 47,1% de las empresas carece de un plan específico de formación, aunque el 44,5% de los directivos familiares tienen titulación universitaria, y el 36,5% cuentan con experiencia en otras compañías.

Datos preocupantes, como reconoce el director general del IEF, Juan Corona.