El banco suizo sufrió al cierre del pasado ejercicio sus primeras pérdidas anuales desde 2008 al registrar un resultado negativo de unos 2.634 millones de euros, frente al beneficio de 1.677 millones de 2014.

Las cuentas de Credit Suisse reflejan un impacto negativo extraordinario de casi 3.400 millones por ajustes en el valor de activos relacionados principalmente con la adquisición en el año 2000 de la firma Donaldson, Lufkin & Jenrette. Asimismo, la entidad asumió costes de reestructuración de 317 millones en relación con la implementación de su nueva estrategia, además de un impacto negativo de 734 millones en costes por litigios.

El pasado mes de octubre, Credit Suisse anunció una profunda reestructuración de sus actividades con el objetivo de lograr un ahorro de costes de 3.130 millones y reducir la base de costes hasta un rango de entre 16.530 y 16.977 millones.

La cifra de negocio neta del banco en el conjunto del pasado ejercicio alcanzó un total de 21.285 millones, un 9,3% menos que en el ejercicio 2014.

En el cuarto trimestre, la entidad suiza registró pérdidas de 5.211 millones, frente al beneficio neto de 617 millones en el mismo periodo de 2014, mientras su cifra de negocio bajó un 33,9%, hasta 3.765 millones.

«Dado el entorno particularmente difícil al que nos enfrentamos, en el cuarto trimestre decidimos acelerar la implementación de nuestro programa de ahorro de costes», declaró Tidjane Thiam, consejero delegado de Credit Suisse, quien apuntó que se está llevando a cabo la reducción de unos 4.000 puestos de trabajo, incluyendo empleados, contratistas y consultores.

Combinando las medidas implementadas en el cuarto trimestre, la entidad calcula un ahorro de costes para finales de enero de 1.072 millones, el 34% del ahorro presupuestado para finales de 2018.