Extraña sesión la desarrollada hoy en Wall Street. Comenzó muy arriba, pero perdió fuelle a las primeras de cambio para comenzar una espectacular viaje a los infiernos del que sólo salió cuando las páginas del Libro Beige de la Reserva Federal desgranaron algún optimismo, pero ya eran pasadas las siete de la tarde europea y había tiempo para recuperar poco.

Lógicamente, recuperó poco, lo justo para terminar en positivo por los pelos. Ante la cercanía del cierre, han dejado de empujar al alza y se han dejado ir. Hoy, los grandes índices americanos se han parecido al Ibex. Ya les digo, todo muy raro.

Quizá, lo más destacable fue la notable mejoría que demostró el Nasdaq Composite. El índice tecnológico por excelencia fue el único que se empeñó en demostrar algo durante la jornada y la mejor prueba de ello es la diferencia a su favor que cosechó al cierre.

Por el contrario, lo menos destacable es que siguen sin sacarnos de las dudas y, si acaso, la duda real es la fortaleza del sentimiento alcista, que parece debilitarse por momentos, aunque los valores alcistas superaron a los bajistas tanto en el Nyse como en el Nasdaq, lo que termina de liar más las cosas porque hay señales para ambos lados.

En fin, que las ganancias del Dow Jones, un 0,06% y las del S&P 500, un 0,02%, no contribuyen en absoluto a aportar alguna claridad así que nos tendremos que quedar con la idea de que le debe haber llegado su turno al Nasdaq Composite, que subió un 0,61% y parece querer salir del pozo en el que entró días atrás.