El levantamiento de algunas sanciones y el restablecimiento de las relaciones con EEUU incrementa el interés de las empresas, especialmente de las españolas, por invertir en Cuba. Pero tanto Fernando Villarubia como Pablo García Horcajo, de Aon Risk Solution (la división de gestión de riesgos del grupo), se muestran cautos en la presentación del Mapa de Riesgo Político 2016: «habrá que ver la evolución en los próximos meses». Y dejan claro que «una empresa española no tendría muchas facilidades para conseguir un seguro que cubra una inversión en Cuba«.
Hay multinacionales del seguro que están tomando posiciones en Cuba, pero muchas de ellas tienen sede en EEUU, lo que dificulta su entrada en este mercado.
Algo similar sucede en Irán. La suavización de las sanciones hace que sea uno de los 8 países que mejoran respecto al riesgo político (junto a China, Pakistán, Etiopía, Serbia, Jamaica, Nepal y Hatí) frente a los 4 que empeoran (Cabo Verde, Micronesia, Filipinas y Surinam).
El menor riesgo político atrae el interés de capital inversor, pero Irán «necesita un seguimiento de cerca», porque está la incertidumbre sobre el papel de la Guardia Revolucionaria (y de otros grupos) en la economía, y la posibilidad de una intervención iranía en la zona, extremadamente volátil.
Venezuela y Brasil
Venezuela, con gran presencia de entidades españolas, aparece en el Mapa con un rojo muy elocuente, junto a Guinea Conakry, Guinea Bissau, Libia, Chad, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sudán Sur, Eritrea, Somalia, Yemen, Siria, Irak, Afganistán, Ucrania y Corea del Norte. «Hay que seguir de cerca la evolución», señalan los expertos de Aon Risk Solutions, para comprobar cómo le afecta la bajada del precio del petróleo y la ralentización de la economia brasileña. «No hay un apetito inversor», subrayan.
Mientras Río de Janeiro se prepara albergar los Juegos Olímpicos de Verano 2016, la recesión más duradera desde 1930 supone un importante reto para la estabilidad social del país. Aunque muchos de los factores causantes de la crisis son políticos, incluyendo la situación de estancamiento entre los partidos que ha dejado las políticas fiscales y económicas en una situación de limbo, el incremento de la tasa de desempleo y la caída de los salarios está afectando tanto a particulares como a empresas.Los activos no realizables de los bancos públicos continuarán incrementando la deuda y los costes de la misma, mientras que la situación de punto muerto político erosionará la capacidad del país para enfrentarse a distintas crisis económicas, sociales y sanitarias, como el virus Zika.
China mejora
“Por primera vez en los últimos tres años, el Mapa de Riesgo Político de Aon refleja más países con reducción en sus niveles de riesgo político que con incremento, un signo alentador sobre los efectos de las reformas económicas”, afirma Fernando Villarrubia, Excutive Director de Riesgo Político & Surety de Aon Risk Solutions para España y Portugal. “A pesar del aumento de los riesgos económicos que se derivan de los bajos precios de las materias primas, se han experimentado mejoras en la estabilidad política. No obstante, la fragilidad de la economía global podría todavía causar importantes incrementos de riesgos políticos en los países y efectos colaterales en otros Estados.”
Las reformas anticorrupción hacen que mejore la percepción de China en los mercados internacionales. Pero los recientes problemas de implantación y la incertidumbre política han empañado la visión general. El ajuste y desaceleración de la segunda mayor economía mundial puede convertirse en un reto para los vecinos y principales socios comerciales de China, que podrían enfrentarse a unos riesgos políticos y económicos más elevados a medida que el ritmo y los factores de crecimiento van cambiando. Recientemente ha habido signos de mejora en la comunicación de las políticas, pero los riesgos persisten, fundamentalmente los relacionados con la generación de mayor apalancamiento en el sistema bancario chino.
Mientras, otros Estados se esfuerzan por contrarrestar los riesgos económicos derivados de la bajada de los precios de las materias primas.
Las perspectivas para muchas economías de mercados emergentes dependerán de que los políticos sean capaces de implementar las reformas prometidas para atraer una mayor inversión en un momento en el que una mayor debilidad del comercio global y del crecimiento económico está incrementando la competencia por el capital. Además, muchos de los planes para realizar reformas estructurales se han frustrado, debilitando el crecimiento y reduciendo la resistencia a potenciales crisis. Dos de los países que están en el foco de atención son India e Indonesia.
El impacto del petróleo
En el puesto más alto de la lista de los riesgos políticos a los que se enfrentan los inversores en mercados emergentes está el impacto de los precios del petróleo en los países ya frágiles que dependen de éste como Libia, Rusia y Venezuela. El Mapa de Riesgo Político 2016 de Aon indica que los países con unas instituciones más sólidas y mayores reservas de moneda extranjera estarán mejor posicionados para minimizar los riesgos derivados del impago de deuda soberana y del cambio de divisa, incluyendo los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo así como Colombia, Malasia y Kazajistán. En países como Egipto, Túnez o Marruecos, los riesgos relacionados con la seguridad en algunos países vecinos como Irak, Argelia, Nigeria, Libia y Siria pueden convertirse en un obstáculo para la mejora de las perspectivas de riesgo derivadas del abaratamiento del petróleo.
“Los países productores y exportadores de petróleo deberán buscar ingresos sustitutivos para tratar de equilibrar las balanzas fiscales. Esto puede afectar al sector corporativo con ajustes en los tipos impositivos y mediante la privatización de algunas compañías estatales”, afirma Pablo García Horcajo, responsable del Área de Riesgo Político y Crédito Estructurado de Aon Risk Solutions. “Al no existir signos de que los precios del petróleo vayan a volver a los niveles previos, las turbulencias en muchos de los países productores de petróleo continuarán e incluso podrían agravarse«, añade.
La reducción de los precios del petróleo está incrementando los riesgos de transferencia de divisas, añadiendo presión a las empresas y desanimando a los inversores. Al mismo tiempo, la reducción de los ingresos está provocando un aumento del riesgo de impago de deuda soberana. Aunque solo algunos países tienen una importante carga de deuda en moneda extranjera (Venezuela), los desajustes de presupuesto de los Gobiernos se están ampliando, añadiendo presión a los bancos, que en respuesta están perpetuando una restricción del crédito. En algunos de los países más vulnerables están aumentando los atrasos por parte de los Gobiernos, añadiendo mayor tensión al sector privado.
La efectividad de los grupos extremistas en Oriente Medio y África, incluyendo ISIS y Boko Haram, que se aprovechan de la porosidad de las fronteras y de la debilidad de las instituciones, también será mayor en los países afectados, muchos de los cuales están sufriendo además la bajada de los precios del petróleo. Incluso en algunos países que parecen más resistentes, el incremento de los impuestos y una mayor tasa de desempleo podrían añadir tensiones políticas, dificultando aún más su capacidad para enfrentarse a otras crisis.
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