El Palacio de las Dueñas, abre el 17 de marzo y cuesta 8 euros la entrada. El edificio ya estuvo abierto al público porque fue hospital y casa de vecinos, allí nacieron el poeta Antonio Machado y el marqués de Griñon, Carlos Falcó, pero también, en sus quinientos años de historia, ha sido el domicilio de los Pineda, los Ribera ó los Alba. Y aunque haya alojado a Jacqueline Kennedy, la infanta Pilar o Alfonso XIII, sus dos moradoras más insignes son, la Emperatriz Eugenia de Montijo y Cayetana Fitz-James Stuart. Las dos coincidían en los mismos lugares, la Emperatriz desayunaba en el velador-cenador ubicado en el Patio de los Limoneros y a Cayetana, sin embargo, le gustaba cenar prontito en el mismo lugar que su antepasada, bajo las buganvillas amarillas, naranjas y rosa fucsia y con vistas al impresionante magnolio. Las dos damas han contribuido a generar un interés mediático que seguramente batirá record de visitas ahora que se abre al público. Entre 330 y 440 personas a la hora podrán visitar las estancias abiertas de la planta baja por 8 euros que cuesta la entrada. La superior seguirá siendo privada del duque de Alba y su familia. Ni siquiera Alfonso Díaz lo visita cuando viaja a Sevilla, prefiere alojarse en el hotel “Las Casas de la Judería” del duque de Segorbe.

Hace precisamente un año que el duque de Alba tuvo la idea de abrir el Palacio de las Dueñas en Sevilla, la residencia favorita de su madre. Está igual que ella lo dejó, con la excepción del gallinero que instaló Alfonso Díez, que ya no existe, ni las gallinas y tampoco los perros corretean ahora por los jardines, tan sólo quedan unos canarios. Abren al público el 17. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz y Carlos Fizt-James Stuart, XIX duque de Alba, hacen la inauguración oficial el miércoles 16.

El recorrido comienza por las caballerizas con sus pesebres y suelo de adoquín, que en los buenos tiempos de la Casa, cuando se alojaban en los días de la Feria de Abril unos cuarenta amigos de la duquesa Cayetana, estaba llena de caballos para los jinetes y de mulas rubias que tiraban de los coches vestidos con las guarniciones de la casa de Alba en amarillo y azul. Ahora, como nos comenta uno de esos amigos que se alojaban allí “no hay animales pero sí objetos tan valiosos como la silla de montar de la emperatriz Eugenia de Montijo con sus mantas y abalorios”.

Dueñas abre como un nuevo monumento visitable de la ciudad, con sus tornos, sus entradas, su recorrido guiado, con audioguías y tienda de recuerdos y de productos de la Casa de Alba. Entre una hora y media y dos horas se podrán ver con comodidad los 16 espacios habilitados al público a cambio de los ocho euros de la entrada. Uno de los responsables del proyecto apunta que “el duque pidió que fuera lo más barato posible, que se pusiera la entrada para el mantenimiento de Dueñas, no como fuente de enriquecimiento y que costase menos que el resto de recintos visitables similares al palacio”. El edificio sigue siendo la residencia del duque y su familia en Sevilla, de hecho sólo es visitable la parte de abajo y algunos jardines y patios. En este periodo de  acondicionamiento, Carlos Alba, ha estado a pie de obra en tres ocasiones y ha dado el visto bueno a lo que Ricardo Gascó, gerente del proyecto de apertura de Las Dueñas, le iba planteando y las decisiones estéticas las ha delegado en el museógrafo, Enrique Bonet, quien afirma que al duque “le alegra abrir su casa por el gran respeto que tiene al arte y quiere compartirlo con la gente aunque pierda algo de privacidad. Quiere que se muestre lo más fiel a lo que ha sido hasta ahora y de ahí que no se haya hecho ningún cambio”. Dueñas abrirá todos los días del año, excepto 1 y 6 de enero y 25 de diciembre y no está previsto alquilarlo para eventos, como sucede con otras casas palacio de Sevilla. Los visitantes podrán hacer todas las fotos que quieran en el exterior pero dentro de las salas no. El recorrido está enriquecido con unas placas de texto que aportan datos extra de cada espacio. Hay tantas obras de arte de primer nivel, que sólo se destacan algunas. Es un paseo cultural por quinientos años de historia de Sevilla porque el palacio tendrá detalles góticos, renacentistas o mudéjares, pero lo que tiene y mucho es de Sevilla, por ejemplo, el suelo de baldosas policromadas del siglo XVIII en blanco y verde haciendo triángulos de la Antecapilla, donde por cierto, hay un Luca Giordano que corta la respiración, igual que el artesonado de madera policromada o en el Patio central, desde el que parte la escalera principal que sube a las estancias privadas, que mantiene el azulejo sevillano original, además de las porcelanas de Sevres o el tapiz de Pannemaker en oro, seda, plata y lana de 1570, que ahora está en expuesto en Nashville, Estados Unidos.

“Dado el buen estado de conservación del palacio” comenta Enrique Bonet “se ha podido abrir en un mes. Nos hemos encontrado con un recinto perfectamente cuidado y conservado. No hemos modificado nada, todas las obras de arte, objetos personales y el mobiliario están tal cual los tenía la familia”. Ricardo Gascó, reduce las intervenciones a lo mínimo; “la creación de unos aseos públicos, la tienda en la cochera, las taquillas de la entrada, las luces de emergencia por todo el recorrido, el incremento de las medidas de seguridad y los detectores de incendios. Nadie que conozca la casa notará ningún cambio, tan solo una moqueta que pondremos para proteger los suelos y en el interior que estará marcado el camino por cordones de cuerda y forja”. Incluso se han dejado las fotos de la familia y de los visitantes ilustres que han estado en Dueñas. Quizás la parte más personal de todo el recorrido sea el Tablao de la duquesa con todos los regalos que le hacían a Cayetana, la sillería típica sevillana y la tarima para bailar, que es un guiño homenaje a la madre del duque. Uno de los amigos de la duquesa da más detalles de esta estancia “ella tomó clases con Enrique el Cojo y hay muchas fotos con él. Cayetana nos preguntaba qué queréis que os baile, seguidillas, tarantos, sevillanas…se atrevía con todo y las manos las movía maravillosamente, la enseñó Pastora Imperio”. Otro lugar que también podrá visitarse es la capilla, donde todos los domingos a la una de la tarde se ofrecía una misa “asistíamos junto a Cayetana, los invitados y el personal del servicio que quería. La misa se daba el latín y de espaldas. Siempre había flores y la plata reluciente. Era un “balazo” de misa, rápida y sin sermones”. Lo más espectacular del pequeño recinto religioso, además de la cantidad de imaginería, a juicio de los que allí rezaban, es el altar presidido por Santa Catalina en un Retablo del siglo XV firmado por Neri di Bicci.

 

SALÓN DE LA GITANA ( PUNTO 07 DEL RECORRIDO)

Se llama así por la escultura de Benlliure a tamaño real de una gitana. Hay piezas venecianas del siglo XIX, mobiliario francés, piezas de Chimppendale, sillería, tapices, relojes. Es un salón que recrea una escenografía y el fondo del salón está acristalado con vistas a la alberca

 

 PATIO PRINCIPAL ( PUNTO 05 DEL RECORRIDO)

El patio principal de Las Dueñas es como el distribuidor de los diferentes salones que se pueden visitar y de ahí parte la escalera principal, abierta al público hasta el primer rellano, que conduce a la zona privada de la familia. Consta de dos cuerpos, el inferior con arcos de medio punto adornados con yeserías sobre columnas de mármol blanco labradas en Génova y la galería superior, donde a la duquesa Cayetana le gustaba ofrecer el aperitivo previo al almuerzo “ella era más diurna que nocturna” nos apunta un amigo. Las puertas con taraceas de los diferentes salones son espectaculares.

 

PATIO DEL ACEITE ( PUNTO 12 DEL RECORRIDO)

Era la antigua almazara de aceite de la finca, con un deposito antiguo con arcos de medio punto y donde quedan restos de los antiguos frescos de Dueñas. Es un patio con cuatro palmeras enormes y que guarda el carácter rural que tuvo el palacio. Otro de los patios más curiosos es el marcado en el recorrido como el 16, lleno de plantas de sombra. Es un jardín umbrío con unas costillas de Adán gigantescas, con un banquito pequeño y una cancela. Es un patio para el verano porque guarda una especie de microclima húmedo que se agradece en la calurosa Sevilla.