La eventual vuelta del Partido Republicano a la Casa Blanca tendrá una fuerte repercusión en la política económica de Estados Unidos y, entre otras áreas, en la energética. Las declaraciones de los líderes de ese partido, que ahora se disputan la candidatura de su formación para las elecciones de noviembre, no dejan lugar a dudas que también en los temas energéticos difieren de las medidas aprobadas y seguidas por la Administración Obama.
En estos últimos años ese país americano ha desarrollado planes que se han ido traduciendo en la instalación de 70.000 los megavatios de potencia eólica. Y se han construido en el marco de una política de incentivos Production Tax Credit -créditos fiscales para la producción-, que concluyó el 31 de diciembre 2012. En 2013 – por las incertidumbres regulatorias el ritmo de instalaciones cayó más de un 90%-, pero la tendencia cambió con la decisión del Gobierno de renovar la política de créditos fiscales.
Si bien la industria de EE UU relacionada con ese modelo energético se felicitaba por el logro de un entorno predecible, necesario para los proyectos en marcha -más de 18.000 megavatios en diversas fases de construcción- , así como para el futuro de las empresas constructoras de aerogeneradores y otros componentes eólicos, las dudas se ciernen ahora con el posible cambio en el Gobierno del país.
Las declaraciones de Donald Trump, ahora favorito para liderar la candidatura de los republicanos, pero también las del candidato Ted Cruz auguran modificaciones. Ambos han manifestado su rechazo a lo que califican de subvenciones a las energías renovable, y no sólo a las eólicas. Y han acusado a la Administración de Obama de apoyar esa estrategia energética en detrimento de las energías fósiles, desde el carbón, gas al petróleo.
Trump ya se opuso a la construcción de una planta eólica off-shore porque afeaba, en su opinión, las vistas de uno de sus hoteles, pero además ha sostenido que no hay relación entre el modelo energético y el cambio climático, poniendo incluso en duda que esa trayectoria se esté produciendo. En una línea similar se ha pronunciado Ted Cruz, que representa al estado de Texas.
En área de energías renovables de Estados Unidos tienen activos e intereses varias empresas españolas, desde Iberdrola, Abengoa, Gamesa a Acciona, entre otras. El grupo que preside Ignacio Galán es el segundo operador renovable y cuenta en la actualidad con más de 5.500 megavatios eólicos operativos.
El citado mercado es una de las bases de crecimiento del grupo y se quiere realizar en base a ingresos predecibles mediante la firma de PPA (Power Purchase Agreements), según las Perspectivas Estratégicas 2016-2020 de Iberdrola. La compañía prevé instalar 1.400 megavatios eólicos en EE.UU en este quinquenio, de los que más de la mitad se encuentran ya en construcción y con PPAs. Entre los principales proyectos, destaca el parque eólico de 208 megavatios que Iberdrola construirá para Amazon
La apuesta de Iberdrola por Estados Unidos se ha acelerado con la integración entre Iberdrola USA y UIL Holdings Corporation. Si bien la inversión en redes no estará afectada por cambios en la política energética, ya que tiene como objetivo asegurar el suministro y porque además depende de los estados en los que se desarrollan.
También para Acciona, Estados Unidos es un mercado prioritario mientras que para Gamesa en 2015, que está presente en Alaska, representó el 11% de su demanda de aerogeneradores.
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